Llega el fin de semana del Gran Premio de la Comunidad Valenciana (de hoy al domingo), la carrera que cierra el Mundial de Motociclismo, y València y sus alrededores se preparan para disfrutar de las liturgias de la gente de las motos. Como en las Fallas, el fin de semana motero, que desde su estreno en 1999 llega a mitad de noviembre, despierta los sentidos: el olor a goma quemada, el rugir de los motores, las caravanas multicolores y multimarcas en la salida de la Avenida del Cid a primera hora de la mañana. La fiesta empezó con la apertura del paddock del Circuit para los aficionados. Y, hasta el domingo, los entrenamientos y la carrera, con todo lo que ello conlleva.

Moteros de toda España, y del extranjero, están València desde mitad de la semana que más dinero se dejan los visitantes en la ciudad y en toda la zona de influencia de Cheste. Lo dicen los datos: el impacto económico del GP fue de unos 50 millones de euros el año pasado. Y sigue subiendo. No hay ningún otra carrera del Mundial de motos en España (Montmeló, Alcañiz y Jerez son los otros tres grandes premios en tierras españolas) ni de otro deporte que cuelgue el cartel de 'no hay billetes' con tanto tiempo de antelación al de su celebración. Ninguno que arrastre a tanta gente.

Durante estos tres días del Gran Premio de ValenciaGran Premio de Valencia, unos 220.000 aficionados pasarán por el Circuit. La audiencia potencial del GP de Valencia es de 300 millones de personas. La masiva afluencia de «turistas» en esta segunda semana de noviembre con motivo de la carrera de motos es un motivo de satisfacción, especialmente, para el gremio hostelero. Noviembre es temporada baja y las motos lo compensan con ingresos extras y suculentos. Según la Federación Empresarial de Hostelería de València, el GP supone un «importante impulso y un incremento del volumen de negocio a pesar de que el grueso del gasto va dirigido a desplazamientos, entradas y alojamiento». El GP coincide, no hay que olvidarlo, con la Feria de las Dos Ruedas que se celebra en Feria València.

Todas las voces del mundo de las dos ruedas coinciden en que el circuito valenciano y el Mundial se necesitan. Hay que tener en cuenta que la prueba de Cheste es la cuarta —tras Brno, Jerez y Sachsenring— de las 18 que se celebran que más aficionados lleva a sus tribunas. Lo hace pese a que, como ocurrirá este año, hay veces que llega con las tres categorías (MotoGP, Moto2 y Moto3) ya decididas. Los Márquez quieren celebrar sus dos títulos, Marc en MotoGP y Álex en Moto2, en Cheste. Quieren ganar ante los aficionados españoles para cerrar el gran año de los hermanos de Cervera. La categoría de Moto3 viene también con el título cerrado: el italiano Lorenzo Dalla Porta se coronó campeón hace dos semanas.

Pese a que los títulos están decididos, las tres carreras prometen emociones. Eso siempre es así. Hay un plus para los valencianos: Arón Canet, Jaume Masià e incluso el novel Sergio García lucharán por la victoria en Moto3. En Moto2 lo harán Jorge Navarro e Iker Lecuona.

Un público que repite año tras año en el GP de Valencia de MotoGP

El Gran Premio de la Motociclismo de la Comunidad Valenciana tiene a su público fiel y no se trata de una parte irrelevante. Nada menos que la mitad de los aficionados que acude los últimos años a la cita de Cheste, repite al año siguiente. El 50 %, exactamente, según el estudio que encargó el Circuit Ricardo Tormo a la multinacional Milward Brown. Muchos, la mayoría, se hospedan en València y en la órbita de Cheste, pero hay una cifra considerable que lo hace en la zonas habilitadas del Circuit, en plan acampada. Es ahí donde se respira, sin duda alguna, el ambiente más motero del GP. Los motores rugen y las barbacoas echan humo durante las 72 horas.

Algo tiene la carrera valenciana que Dorna no dudó a la hora de renovar el contrato hasta 2022. Que el GP de Cheste cierre el Mundial tampoco es casualidad. La cita es a todas luces de las más rentables. Los pilotos, los equipos y la organización están encantados de poder cerrar la temporada en el Circuit Ricardo Tormo, donde lo tienen todo para organizar un buena fiesta de despedida. Además, la costumbre es quedarse unos días más en el trazado valenciano para preparar ya la próxima temporada, con los primeros entrenamientos, para muchos, en las nuevas monturas. Eso será a partir del lunes siguiente al de la carrera. ¿El tiempo para este año? Después de las lluvias torrenciales del año pasado, que no impidieron el lleno en las gradas de Cheste, se espera un tiempo soleado. Todavía es pronto para asegurarlo, pero pase lo que pase, habrá fiesta.