Un montón de pelotaris, chicos y chicas, procedentes de un montón de pueblos disputan las finales del Interpobles Edicom de Galotxa. Unas finales en las que se refleja la evolución de nuestro deporte en las tres últimas décadas. Hace treinta y tres años, en plena deliberación sobre las condiciones de participación de jugadores en el Trofeo El Corte Inglés, alguien superó el intenso debate sobre la conveniencia o no de aceptar los fichajes libres, creando una competición para la temporada invernal reservada para los jugadores forjados en cada cantera de cada pueblo representado. El éxito fue instantáneo y todavía somos muchos los que recordamos las primeras finales con cientos de espectadores que abarrotaron las calles de Aldaia o Almussafes, con la presencia de los primeros equipos de Montserrat, Alfarp y Museros, pueblo éste que en aquellos primeros años disponía de un equipo de primer nivel con el zurdo Carlos. Equipo en el que llegó a militar el mítico Ruiz, retirado del mundo profesional. Contaba Ruiz que cuando conquistó el título de segunda categoría en el Trofeo El Corte Inglés había tenido más repercusión en el pueblo que cuando conquistó el de la máxima categoría profesional: «Llegué a casa con la copa y nadie se paró a felicitarme?», refiriéndose al Campeonato de España de 1964 ( así se denominaba) que ganó junto a Ferrer II. En aquel año 1964 la pelota valenciana era la gran olvidada de los periódicos . Hoy, en Museros , la pelota se ha refugiado en el frontón donde Adrián y Enrique mantienen el fuego?pero aquellos tiempos gloriosos del club de Galotxa se fueron para siempre. Y el trinquete municipal tampoco parece saturado de actividad a pesar de que esta población puede presumir de haber aportado a la historia un famoso trío, prácticamente invencible en los años cincuenta: Ferreret, Ruiz y el Chato.
