El del pasado sábado en Fuenlabrada no fue su mejor partido sobre la pista ni a nivel estadístico, pero si que sirvió para confirmar el gran momento que vive Bojan Dubljevic en el Valencia Basket. Y es que aunque en cuanto a números su influencia no resultó especialmente llamativa, si lo es su ascendencia sobre el grupo, sobre todo en los momentos calientes de cada encuentro.

El capitán de nuevo cuño, consciente de la herencia que ha dejado detrás un hombre como Rafa Martínez -bajo el que ha sabido entender lo que significa aceptar ese rol, ha sabido asumir galones con naturalidad dispuesto a convertirse en ese guía que necesita todo equipo. Y más cuando las cosas no terminan de salir como se esperaba.

Es el caso de los taronja, que siguen luchando por asomar la cabeza tras un primer tramo de la temporada ciertamente complicado. Es ahí, en los momentos difíciles, donde emergen los líderes. Y el pívot montenegrino está demostrando que lo es. Un jugador que nunca se borra, que no se esconde, al que le sobra personalidad y que, además, tiene el talento y la calidad necesaria para decidir partidos.

En este sentido, y como ejemplo, es el único jugador de la plantilla que ha disputado todos los encuentros oficiales esta temporada. Los 12 de la Liga Endesa, los 12 de la Euroliga y el de la Supercopa con el que arrancó la temporada ante el Barça. Aquel día no anotó ni un solo punto, algo insólito, y sólo firmó 4 de valoración aunque capturó 6 rebotes y repartió 4 asistencias en casi 27 minutos. Números lastrados por su reciente participación en el Mundial de China y que, afortunadamente, distan mucho de la realidad de lo que está siendo su temporada.

Tanto es así que es el jugador más valorado del equipo tanto en la ACB como en la competición continental. En la primera promedia 15,7 créditos gracias a sus 12 puntos, 6,5 rebotes por encuentro. En la segunda la cosa todavía es mejor. Su valoración se va hasta 18,3, con 13,8 puntos, y 6,8 rebotes por partido.