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Off the record

El portavoz no puede ser cualquiera

El portavoz no puede ser cualquiera

Del césped para fuera, el Valencia también acierta. Y cuando lo hace, hay que escribirlo. No todo son ceses injustificables, comunicados zafios ni frases con mala baba en juntas de accionistas. Resulta reconfortante observar y escuchar a una leyenda viviente como Ricardo Arias ejerciendo de emblema del club de Mestalla tras el sorteo de octavos de final de la Champions League. Un aplauso para el responsable de la decisión.

En departamentos muy concretos de la SAD, suponía un desafío encontrar una figura reconocida y reconocible que pudiera ponerle voz al murciélago tras la salida de Mateu Alemany. Para otro tipo de eventos -asambleas y/o ruedas de prensa extensas como las que acostumbraba a protagonizar el ex director general- el casting sigue abierto. Ni Anil Murthy ni su reciente fichaje, Román Bellver, tienen la preparación ni el empaque necesarios para resultar convincentes ni llegar al personal. Pero, tratándose de apariciones puntuales y breves como la de ayer en Nyon, el club dispone del embajador perfecto. Con más de 600 partidos luciendo el murciélago en el pecho y el aplomo que proporcionan la experiencia y una cabeza privilegiada, Arias evidenció en su discurso posterior al emparejamiento con el Atalanta que no necesita notas de whatsapp dictadas para ofrecer una imagen impoluta ante los micrófonos.

Porque, eso sí, el que nos ocupa debe ser un rol de absoluta confianza para la dirigencia. Sin fisuras ni excesivas intervenciones de los de arriba. Al portavoz se le puede preparar y/o advertir previamente de las preguntas que va a recibir. Pero no se le puede hacer rectificar cada vez que diga una palabra que se salga del guion políticamente correcto o, mejor escrito, de lo que en Singapur -o en la Valencia genuflexa- consideren políticamente correcto. Deténganse a pensarlo un instante, ¿quién mejor que Ricardo Arias para hablar en nombre del club de su alma? ¿Quién mejor que Ricardo Arias para el cargo de guardián del escudo del murciélago y las barras?

Estamos hartos de ver en actos de este pelaje a Emilio Butragueño, Peter Cech, Guillermo Amor, Pavel Nedved, Marc Overmars y una larga lista de grandes futbolistas que pasean por el mundo el nombre de sus clubes de origen. El Valencia no puede ni debe ser menos. Si algo ha conseguido el centenario que ahora toca a su fin ha sido poner de manifiesto que el equipo tiene su propio relato, diferencial, único. Y uno de los grandes protagonistas de la maravillosa historia de Mestalla es Ricardo Arias. Leyenda y digno embajador. Un señor que sí nos representa a los que tanto queremos a la entidad.

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