Con 26 puntos en el casillero y consolidados en mitad de la tabla clasificatoria, el Levante UD afronta el inicio de 2020 con cierta calma deportiva. Esta tranquilidad también parece que se va a ver reflejada en la dirección deportiva, puesto que, excepto Iván López y Borja Mayoral -cedido por el Real Madrid-, todos los jugadores del primer equipo tienen contrato en vigor más allá del final de la presente temporada (junio 2020).
Ante este panorama contractual, tanto el director deportivo, Manolo Salvador, como el entrenador, Paco López, pueden planificar ya el futuro de la plantilla «granota» sin la urgencia de tener que negociar a contrarreloj con ninguno de sus futbolistas, aunque su prioridad será encontrar destino para aquellos que están cedidos y con los que no cuentan.
Respecto a estos dos jugadores, su futuro como «granotes» se antoja difícil, por diferentes motivos.
Iván López sigue arrastrando problemas en su rodilla izquierda y todavía no ha tenido la posibilidad de debutar esta temporada en partido oficial (aunque sí tuvo minutos durante la pretemporada). En este contexto, y viendo su historial médico, parece poco probable que el Levante UD vaya a ofrecerle una renovación en los próximos meses.
En el caso de Borja Mayoral, al Levante UD sí que le gustaría seguir contando con el delantero madrileño durante la próxima temporada, por lo que deberá negociar, de nuevo, con el Real Madrid. Sin embargo, las intenciones del equipo «merengue» pasan por traspasar al delantero de Parla para poder conseguir un beneficio económico -termina contrato en junio de 2021-, por lo que sus posibilidades de seguir en el Levante UD son muy bajas.
Con el horizonte de 2020 cubierto, el Levante UD deberá empezar a pensar en aquellos jugadores con un año más de contrato y que terminan su vinculación con el club de Orriols en junio de 2021. Son los casos de los defensas Óscar Duarte, Sergio Postigo y Jorge Miramón, el portero Oier Olazábal, el centrocampista Rubén Rochina y su capitán, José Luis Morales.
La renovación de Morales parece la más prioritaria en el seno del Levante UD, por la ascendencia del «Comandante» sobre el club y la plantilla, aunque el escaso margen de maniobra de los «granotes» con el fair play financiero han evitado cualquier inicio de negociación durante estos meses.
