El Valencia Basket rompió la racha de derrotas seguidas en la ACB tras imponerse al Estudiantes en un partido que se tornó complejo con el paso de los minutos. Al contrario que en otros choques, el bloque no aupó hacia las victorias, sino que en esta ocasión fue el talento individual de jugadores como Dubljevic, que acabó lesionado en el tobillo izquierdo, el valor decisivo.

El choque empezó feo por parte de los dos equipos que se obcecaron en infructuosos lanzamientos exteriores que apenas surtían de puntos al marcador. El Valencia Basket con mucho más talento en la cancha se sustentó en Dubljevic para tomar las primeras ventajas (6-12). El paso de los minutos fue ampliando algo más las diferencias. Bajo la batuta de un inspirado San Emeterio y con un dominio total de la pintura, los «taronja» comenzaron a poner tierra de por medio para abrir algo más la brecha ante un Estudiantes con muy pocas ideas y que demostró con creces su mala situación en la tabla. Con todo esto los de Ponsarnau se fueron al primer cuarto con su máxima renta hasta ese momento (11-21).

El segundo período ensanchó todavía más las distancias en el electrónico. El ingreso al encuentro de Labeyrie todavía cimentó algo más la aplastante superioridad de los valencianos en la zona aderezado con una dirección atinada y con puntos de Vives (15-31). El cuadro estudiantil se aprovechó de cierta relajación defensiva del Valencia Basket para menguar algo su desventaja con el nombre propio de Vicedo que consiguió tres triples para irse al descanso con algo de vida (32-41).

Bajón tras el descanso

El Estudiantes salió enchufado tras el paso por los vestuarios. Con un talante más intenso y con jugadas contundentes como un par de mates, el Valencia Basket se vio sorprendido para encajar un parcial de 7-0 que estrechó el cerco (39-41). El cuadro de Ponsarnau echó mano del aplomo y la calidad para seguir manteniendo su delantera en el marcador. Un buen trabajo de Sastre y la capacidad de sacar faltas al conjunto rival para acudir al tiro libre dio algo de aire a los «taronja» que ampliaron de nuevo su dominio en el duelo (41-50). La eclosión de Avramovic trasladó de entusiasmo a los colegiales que castigando la zona encontró una grieta en los valencianos para dejar el choque al rojo vivo (54-55). Un parcial de 0-3 para los de Ponsarnau, pese a la errática dirección de Colom y un juego trabado, estiró algo la renta para llegar en franquicia al último cuarto (54-58).

El episodio definitivo se puso muy feo para los de Ponsarnau. La errática línea del bien y del mal se rompió. Un imparable Avramovic se aprovechó de la apatía generalizada de un equipo descafeinado y que se diluía para impulsar el cambio de gobierno en el partido por primera vez (63-61). El desconcierto en la cancha de los valencianos continuó siendo alarmante.

El Estudiantes se liberó de todos los nervios y amparado en su inercia positiva concatenó dos triples de Vicedo y Pressey que encendieron todas las alarmas (73-67). Era el momento del todo o la nada y los «taronja» revirtieron su situación gracias a las individualidades. Dos triples de Vives y Dubjevic, este último estratosférico, y una acción descomunal de San Emeterio cimentaron la remontada definitiva para salvar una compleja situación que debe dar un impulso moral de cara al duelo de la Copa del Rey ante el Barcelona del jueves.