El Valencia Basket rompió por el fin su particular muro con el Barça y a la quinta fue la vencida. Tras cuatro partidos que al final salieron cruz, esta vez la justicia sí estuvo del lado «taronja» que fue mejor que su rival aunque sufrió en exceso en los últimos segundos para los méritos exhibidos en la cancha. El conjunto de Ponsarnau mostró una identidad propia y que casi siempre le ha salido bien y que estuvo amparada en el colectivo. Los de Pesic tiraron en exceso de la individualidad, hasta anárquica en muchas fases de Mirotic, aunque al contrario que en la Euroliga, esta vez no les valió.

Más allá de la importancia que supone jugar unas semifinales de Copa del Rey, el sorbo de moral que se lleva la plantilla es muy grande porque se mantiene la fidelidad y persistencia en una filosofía y en una idea de la que Ponsarnau es el guía espiritual y con unos jugadores que creen firmemente en ella. No se ha conseguido nada en Málaga, pero tanto en esta Copa como la Liga Endesa y la Euroliga es un valor que puede cotizar muy alto.

Los nervios marcaron el arranque del encuentro para el Valencia Basket. El conjunto de Ponsarnau se vio presa de una mala puesta en escena, lo que unido al potencial del rival que había enfrente con tanto talento en sus filas provocó que el Barça tomará las primeras ventajas gracias sobre todo al acierto de Claver desde el triple (11-3). Con el paso de los minutos el cuadro «taronja» fue poco a poco asentándose buscando mejores opciones de tiro y tratando de apuntalar algo la defensa, situación que estrechó las diferencias (13-12). Con las rotaciones, los de Pesic bajaron su acierto y sin muchas estridencias, un triple de Colom dejó al Valencia Basket por delante al final del primer cuarto (18-19).

Esta acción fue la continuidad de un demoledor parcial de 0-17 con un acierto impoluto de los de Ponsarnau que fueron un auténtico rodillo y que obligaron a Pesic a pedir un tiempo muerto a la desesperada (18-29). Un triple de Abalde propulsó algo más a los valencianos y sembró de dudas a un Barça atascado y sin capacidad de responder al buen juego del Valencia Basket. Sin embargo, nuevamente el abuso del tiro exterior y la vuelta a la cancha de Claver igualó las fuerzas. El jugador valenciano, impecable desde el triple, contagió a un hasta entonces desapercibido Mirotic que llevó de nuevo el choque al empate tras un triple anotado por Delaney (38-38) y que culminó un parcial de 20-6. Doornekamp volvió a desequilibrar el encuentro para dejar a los «taronja» por delante en la última acción de la primera mitad (38-41).

Control hasta el final

Como era de esperar, el paso por los vestuarios mostró un partido totalmente equilibrado en el que Mirotic se cargó de manera descarada a su equipo a las espaldas. El Valencia Basket apeló al trabajo colectivo para aguantar la calidad del montenegrino y seguir por delante (52-56). El camino hasta la conclusión del tercer capítulo fue muy fructífero para los «taronja» que siguieron firmes en defensa y con las ideas muy claras. Dubljevic, Doornekamp y Colom dinamitaron de nuevo el encuentro para afrontar el momento decisivo con un buen botín (52-64).

Pese a un triple de Delaney, los hombres de Ponsarnau siguieron el rigor por bandera. Los cambios del preparador catalán apenas minimizaban el rendimiento del bloque, situación contraria en los catalanes que tan sólo encontraban algo de aire con las acciones de Claver o Mirotic. Labeyrie y Tobey hicieron una labor de desgaste tremenda en la zona mientras que a nivel ofensivo el tiro exterior pasó a un segundo plano para buscar otras opciones mucho más provechosas. La situación parecía controlada mediado el último cuarto con un horizonte de las semifinales que cada vez se veía mucho más claro (66-76). La cabeza fría debía primar en los momentos claves y funcionó aunque a medias. Una antideportiva de Doornekamp, hasta ese momento brillante, dio una nueva vida a los catalanes que lograron meter la emoción y algo de miedo al final (77-79). El Valencia Basket no estaba por la labor de volver a caer y Abalde con un poderoso rebote certificó la clasificación.