Las lesiones y la falta de efectivos sigue siendo la principal preocupación para Jaume Ponsarnau. El técnico del Valencia Basket está pendiente de la evolución de Jordan Loyd, Sam Van Rossom y Guillem Vives, que de momento, siguen en el dique seco y sin fecha de regreso. Los días pasan y cada vez parece más complicado que alguno de los tres pueda incorporarse al ritmo normal del grupo a lo largo de esta semana.

Los taronja no han podido rentabilizar la tregua que el calendario les ha otorgado en los últimos diez días y lejos de vaciarse la enfermería, los problemas se han acrecentado. Pese a que, desde el 15 de febrero, cuando caían en semifinales de la Copa del Rey ante el Real Madrid, los taronja sólo han disputado un partido: el pasado viernes ante el Maccabi (encuentro que se saldaba también con derrota), el ansiado paréntesis liguero, no ha tenido los frutos deseados.

Jordan Loyd, según el pronóstico inicial, debería estar ya plenamente recuperado de la fractura por estrés en el escafoides del pie derecho que se producía el 19 de enero durante el partido de Liga frente al UCAM Murcia. Los servicios médicos del club estimaron un plazo de recuperación de cinco semanas, pero lo cierto es que, cuando estamos ya en la sexta semana, su reaparición parece aún lejana.

Loyd, que hasta su lesión era un hombre clave en el ataque taronja, se ha perdido ya diez partidos: 5 de Euroliga (CSK Moscú, Panathinaikos, Barça, Bayern Munich y Maccabi), 3 de Liga (Obradoiro, Bilbao y Estudiantes) y 2 de Copa del Rey (Barça y Real Madrid). Todo parece indicar que esa lista seguirá creciendo ya que en estos momentos las opciones de que pueda jugar este viernes en la Fonteta frente al Fenerbahce o el domingo ante el San Pablo Burgos, parecen escasas.

El infortunio de Van Rossom

El caso de Van Rossom es también especialmente preocupante ya que primero el base belga sufría una lesión en la musculatura isquiotibial de su pierna izquierda. Una lesión que se producía el 31 de enero ante el Panathinaikos y que le ha llevado a perderse los siete últimos partidos del Valencia Basket, incluida también la Copa del Rey. Aunque Ponsarnau le llamó de urgencia para entrar en la convocatoria del partido de semifinales frente al Real Madrid, finalmente Van Rossom no llegó a saltar a la cancha. Su reaparición se pospuso y todo parecía indicar que se produciría por fin el pasado viernes ante el Maccabi. Pero de nuevo el infortunio se cebaba con el belga y en la previa del partido caía de nuevo lesionado. La misma lesión: musculatura isquiotibial, pero esta vez en la pierna derecha. Vuelta a la casilla de salida.

Van Rossom tendrá que esperar todavía para volver a jugar y está casi descartado para los dos partidos de esta semana: el viernes ante el Fenerbahce en la Euroliga y el domingo ante el Burgos en la Liga. La suerte no está acompañando a Van Rossom que ya en el mes de noviembre tuvo que pasar por el quirófano para operarse de su rodilla izquierda lo que le tuvo un mes apartado del equipo.

El tercer quebradero de cabeza para Ponsarnau es Guillem Vives, que arrastra una lesión muscular desde la Copa del Rey. El base se lesionaba en los cuartos de final frente al Barça. Desde entonces, lo que parecía simplemente un golpe, no ha evolucionado bien y, aunque sí disputó las semifinales coperas ante el Real Madrid, no pudo jugar el viernes pasado ante el Maccabi y de momento es seria duda para los partidos de esta semana.

Ante este panorama el técnico taronja se podría ver obligado de nuevo a recurrir a Guillem Ferrando, base del equipo EBA que ya debutó con el primer equipo ante el Maccabi.