Mantenerse en forma sin salir de casa ha sido uno de los grandes retos a los que se han tenido que enfrentar los deportistas, especialmente aquellos que son aficionados y, por tanto, no viven de ello. Correr o montar en bici son actividades relativamente sencillas de emular en un hogar de tamaño medio. Pero hay deportes concebidos para practicarse en el exterior y con un equipamiento específico. Es el caso del piragüismo. Los palistas del club Scooter de Algemesí han tirado de ingenio para no perder el ritmo y poder «remar» sin agua.
La entidad cuenta con más de un centenar de integrantes de todas las edades, desde 12 hasta 74 años. Habitualmente comparten experiencias estudiantes, bomberos o policías. Pero eso no es posible en estos momentos, así que tocaba encontrar alternativas. «El piragüismo es un deporte tan especial como completo», explica su presidente, Carlos Carrascosa. «Aunque no es lo mismo, existen máquinas que nos permiten simular el efecto de ir montado en una piragua», añade.
El conocido por los palistas como kayak ergómetro es la solución. Y quien no tiene uno, lo improvisa en el hogar. «Hay sistemas artesanales, se pueden ingeniar algunos con gomas elásticas y poleas, porque la mayoría no tiene uno en su casa», reconoce Ricardo Botella, joven palista de 22 años.
De esa forma, los aficionados han intentado preservar la depurada técnica necesaria para llevar una piragua hasta la victoria. «Es una forma de simular el remo, a veces muy rudimentaria, aunque la sensación no es la misma porque no cuentas con el factor del agua y sus turbulencias, pero no hay más remedio», asegura Ricardo Sales, uno de los entrenadores del club. Supera los setenta años, fue atleta olímpico en los Juegos de Munich 1972. Ahora prepara a los deportistas de Algemesí. O lo intenta en estas circunstancias.
El club no puede acceder a su material, depositado en un hangar, ya que las instalaciones deportivas municipales están cerradas y así permanecerán hasta el lunes. «Pensamos que se podría haber dejado, sin usar las duchas, simplemente recoger las piraguas y salir al río, allí las distancias se mantienen muy bien, mejor que en la calle, pero haremos gala de un poco más de paciencia y cumpliremos las normas», apunta Carrascosa.
Contacto con la naturaleza
Aunque la práctica del piragüismo en casa, ya sea con aparatos técnicos más sofisticados o con otros de corte rudimentario, ha permitido a los palistas de Algemesí no alejarse del todo del deporte que aman, ansían volver al agua, donde los entrenamientos son mucho más efectivos. Los preparadores no son capaces, en la distancia y pese a la tecnología, de corregir e instruir a sus pupilos, muchos de los cuales (los que se mantienen en activo profesionalmente) se preparan en duras sesiones, incluso nocturnas, tras el trabajo o los estudios. La merma física se antoja inevitable. «Para nosotros, una semana sin practicar ya supone perder algo de forma, así que tras dos meses tendremos que ponernos las pilas en cuanto podamos. La pandemia nos pilló en un nivel muy bueno, uno de los más altos en años, pero esperamos poder recuperarlo en un mes tras unas semanas de entrenamiento de base», subraya al respecto Sales.
El club, no obstante, ha preparado sesiones y planes para mantener la forma con todo tipo de ejercicios físicos. Incluso ha participado en retos por internet con deportistas de todo el país, con excelentes resultados. «Es importante que incluso en casa exista ese aliciente de superarse. Algunos hasta han mejorado sus registros», comenta el mismo Sales.
Los integrantes del club de Algemesí cuentan las horas para regresar a su segunda casa, el agua. «Es frustrante pensar que el confinamiento nos pilló a las puertas del Campeonato de España, que todos esos meses de entrenamiento no han valido para nada, pero esperamos volver pronto a disfrutar de un deporte único y del contacto con la naturaleza», concluye Botella.
