Hugo Guillamón sigue ofreciendo argumentos para que el Valencia acometa su renovación en las próximas fechas. El futbolista de 20 años, empeñado en revertir su delicada situación deportiva desde el primer día, está aprovechando mejor que nadie las oportunidades en esta reanudación de LaLiga y está reivindicando su etiqueta de canterano de proyección de élite. Sus buenas actuaciones contra el Real Madrid y el Levante lo han consolidado en el primer equipo y lo han catapultado en la rotación por delante de Mouctar Diakhaby y Eliaquim Mangala. Hugo ha conseguido en menos de una semana que nadie discuta su titularidad el próximo domingo contra Osasuna. El de l'Eliana no tiene un proyecto del Valencia encima de la mesa que apueste de verdad por él. Sigue esperando al club. Lo que sí tiene ahora mismo es algo casi todavía más importante para el jugador: la confianza de Albert Celades... y la de todo el vestuario.

¿Lo renovaría el técnico? Parece que sí a tenor de sus declaraciones. «Hugo es un jugador con el que veníamos trabajando durante la temporada, en entrenamientos del último tramo antes del parón. Por ejemplo, ya jugó en Anoeta. Nos gusta lo que nos ofrece y contemplamos como una alternativa más. Es un chico maduro, muy tranquilo. Estuvo a un muy buen nivel -Levante- y ojalá siga así ofreciendo ese nivel». El jueves volvió a demostrarlo en Valdebebas contra un equipo como el Real Madrid. ¿Lo renovaría la plantilla? Los comportamientos de sus compañeros dentro y fuera del campo demuestran que sí. El canterano tiene el respeto y la confianza del vestuario a pesar de su juventud y de ser un recién llegado al primer equipo. Se siente aceptado y valorado por un equipo que lo está cuidando. Los jugadores son conscientes de su situación y han intentado ayudarlo transmitiéndole tranquilidad y confianza, especialmente después de los últimos días en los que ha sido más protagonista. Hugo ha recibido consejos de algunos de los pesos pesados del vestuario. La mayoría de ellos en una dirección: abastraerse de todo lo que se está hablando sobre su futuro y centrarse en lo deportivo. El vestuario es consciente de las condiciones técnicas del futbolista. Nadie mejor que ellos conoce a Hugo porque lo han visto entrenar con ellos desde la temporada pasada y especialmente desde que Celades se hizo cargo del equipo y se enfrentó a la plaga de lesiones en la defensa. Hugo siempre fue el elegido. De hecho, durante el parón por la pandemia del coronavirus, trabajó en dinámica de primer equipo a la espera de su última oportunidad.

La plantilla sabe que es un futbolista con madera para ser jugador de Primera que evidentemente tendrá que pulir aspectos del juego y ganar en experiencia. No es fácil que un equipo profesional acostumbrado a la máxima exigencia como el Valencia se apoye y se fíe de un chico del Mestalla, pero en el caso de Hugo siempre ha habido esa conexión y más después de que el equipo haya sufrido en persona la inseguridad que ha generado Diakhaby o las dudas físicas que siempre ha planteado Mangala. El propio jugador ha sentido que sus compañeros le buscaban a la hora de sacar el balón jugado. Una circunstancia que, como bien sabe la gente de fútbol, no es habitual durante los primeros partidos. La idea es que repita el domingo ante Osasuna al lado del recuperado Gabriel Paulista. En el equipo están convencidos de que la presencia del brasileño puede hacerle aún mejor.

La renovación no avanza

Mientras tanto, la renovación de Hugo continúa en punto muerto. El último contacto entre el Valencia y el joven central se produjo hace diez días antes del Derbi. El club le trasladó de forma informal que está dispuesto a ofrecerle un año más de contrato sobre su oferta inicial de tres temporadas, pero las condiciones deportivas son las mismas. El Valencia sigue sin ofrecerle al canterano un contrato de primer equipo. Le garantiza continuidad solo como jugador del filial y Hugo no está por la labor de aceptarlo. Considera que ha quemado una etapa en el Mestalla en Segunda B -dos años y medio- y que ha llegado la hora de dar un salto de calidad en su carrera. El canterano no pide un hueco en el primer equipo. Estaría dispuesto a aceptar una cesión a otro equipo para curtirse.