La presencia regular en la Champions League es el oxígeno que mejora la calidad de vida de clubes como el Valencia CF. Una frontera deportiva y, sobre todo, económica que marca a futuro las posibilidades de los equipos. Ahora, tras dos campañas consecutivas en la Liga de Campeones, la entidad de Mestalla necesita no bajarse de ese tren en un contexto más difícil todavía por culpa de la pandemia. La vuelta del fútbol ha reactivado la Liga en su tramo definitivo, mientras el Valencia de Albert Celades ha regresado a la escena sin poder cambiar la horrible secuencia desencadenada desde inicios de 2020. El empate en el Derbi con el Levante y la derrota frente al Real Madrid han enviado a los blanquinegros a la octava posición a seis puntos -siete a efectos del golaveraje- del Atlético de Madrid, que ocupa la cuarta y última de las plazas de Champions.

Más allá del VAR y de una colección de errores puntuales, el entrenador y la plantilla deben cambiar con urgencia las sensaciones que ellos mismos desprenden: la imagen de un Valencia al que sobran rivales y le falta solidez en esa pugna por uno de los dos billetes a los que aún puede optar para seguir por tercer año consecutivo jugando el torneo de clubes más importante de Europa. Por delante de los de Celades están el Villarreal, con un punto más y con el que se enfrentarán a finales de mes en La Cerámica; la Real Sociedad y el Getafe, ambos en la zona de Europa League con cuatro puntos más y el golaveraje; y Atlético y Sevilla. El conjunto de Lopetegui es tercero con 8 puntos más.

Hasta el momento el Valencia se ha movido en números similares a los de hace un año. De hecho, el equipo tiene los mismos 43 puntos que al concluir la jornada 29 del curso 18/19. Más allá de las cifras, sin embargo, la realidad hoy resulta bastante más grave. Por entonces, los de Marcelino eran sextos a un solo punto del quinto, el Alavés, y a tres del cuarto, un Getafe que terminó por desmoronarse en la recta final afectado de mal de altura. Ahora, probablemente, el Valencia va a necesitar más puntos que los 18 que sumó en las últimas nueve jornadas de la pasada Liga.

El crédito se agota para el Valencia. No queda tiempo para más concesiones, errores ni siquiera para lamentos, a pesar de que a lo largo de la temporada el sistema de videoarbitraje se ha convertido en un obstáculo constante en medio del camino. Antes de volver a mirar a la clasificación, las distancias obligan a ganar los dos partidos que se avecinan en menos de una semana, ambos contra equipos que también se encuentran en horas bajas: Osasuna y Eibar.

Rodrigo Moreno, uno de los capitanes del barco, escribió un mensaje en las redes sociales con el que llama a la reacción a todos los implicados después de ver como la zona Champions se ha alejado e, incluso, el Villarreal se ha hecho momentáneamente con esa séptima posición: la última que permitiría disputar la Liga Europa de la próxima temporada. «Empezamos un nuevo día y solo hay una idea: enfoque?monos en levantarnos, trabajar y ganar a Osasuna. Ni debemos olvidar ni tampoco quedarnos solo con la injusticia, porque así? no estaremos preparados ni mejoraremos», redactó el hispano-brasileño en su perfil de 'Instagram'.

El delantero, que dispuso de un disparo al poste en el primer tiempo ante el Real Madrid, ya incitó a «ganar a Osasuna y reaccionar» después del choque en Valdebebas, a pesar de que en el pospartido el foco se centró en sus palabras sobre el gol anulado. «No podemos hacer más. Este año muchas jugadas dudosas se decantan en nuestra contra». Rodrigo, no obstante, también hizo autocrítica: «No supimos mantener la intensidad, físicamente se notó. Es un resultado malo para nosotros. A raíz del gol del Madrid, no supimos reaccionar».

La reacción a la que se refiere el delantero internacional español pasa por un primer paso en el que deben contabilizarse la totalidad de los puntos en liza contra Osasuna y Eibar. Seis de seis. El Valencia de Celades, que únicamente ha ganado uno de sus últimos diez partidos oficiales, requiere recuperar la moral que ofrecen las victorias antes del derbi del 28 de junio en Vila-real.