Una imagen del día de su presentación como jugador del Valencia CF, 2 de septiembre de 2016, y el borrado del polémico vídeo que provocó una respuesta inmediata por parte del club y quizá cerró cualquier opción de que su renovación se pudiera retomar todavía. Es la forma que Ezequiel Garay eligió para despedirse este martes 30 de junio, día que concluyó su contrato, y lo hizo con un mensaje añadido para sus miles de seguidores: «Eternamente agradecido... Gracias por tanto familia, jamás podré olvidar lo vivido y disfrutado». Aunque todavía se recupera de su grave lesión de rodilla, el central está en el mercado y a coste cero.

Se llega así a una situación impensable hace solo un año, cuando en pretemporada se daba por hecho el acuerdo entre club y jugador para la ampliación de su contrato, después de tres temporadas en las que había sido titular indiscutible en la defensa y de haber conquistado recientemente el título de la Copa del Rey. El convulso verano que vivió el Valencia CF, que terminó con la salida de Marcelino García, fue el primer obstáculo en una negociación que iba por buen camino, y fue el propio Garay, tal como así lo ha reconocido, el que paró la renovación porque pensó que no era el momento. A partir de ahí, dos versiones muy diferentes de cómo han ido evolucionando los acontecimientos, con una grave lesión por medio que también ha tenido su incidencia. El futbolista llegó a denunciar en el mencionado vídeo una «campaña de desprestigio hacia mi persona, y cuando digo campaña me refiero a personas de mi club que por lo visto tienen previsto desacreditarme como profesional y persona». Mientras, el Valencia mantiene que Garay durante todos esos meses «había rechazado varias propuestas que mejoraban su actual contrato como jugador de fútbol profesional con el Valencia CF».

Hace ya más de un mes que se produjo el desencuentro con el jugador por la rebaja de las fichas de la plantilla, que culminó con Garay dando el paso con ese polémico comunicado. Entonces el club todavía no había descartado la renovación, aunque todo quedaba pendiente de retomar en algún momento esas negociaciones y de la evolución de la lesión, que le iba a llevar más de seis meses de recuperación. A partir de ahí, la operación se acabó.

Al comunicado de despedida fueron respondiendo con mucho cariño los jugadores de la primera plantilla. «Un placer compartir vestuario contigo, suerte en lo que venga», le escribía Jaume Costa. «Te queremos», respondía su compañero de zaga Paulista, «Guacho...», decía Ferran Torres. «Ha sido un placer», comentaba Rubén Sobrino. Corazones le ponía Daniel Wass y del mismo modo se despedía Florenzi. Más triste Kondogbia, con corazones y emoticonos de lágrimas por su marcha.