El Valencia se encomienda al sentido del deber de Voro González para intentar dignificar una temporada herida desde su inicio, desde el momento en el que se desmanteló sin argumentos deportivos un proyecto estable, que había alcanzado el éxito y en el que se sentían identificados los jugadores y los aficionados. El «acto de responsabilidad» con el que el entrenador de l'Alcúdia agarra el timón debe corregir la irresponsabilidad en la gestión de un grupo inversor que, lejos de tender puentes con una masa social perpleja, ayer no respondió preguntas y sacaba pecho de sus decisiones convirtiendo la despedida de una decisión fallida, la apuesta de Albert Celades, en una loa a la empresa que ostenta la mayoría accionarial y que ha visto desfilar desde su llegada a siete entrenadores y ocho directores deportivos. La acrobacia propagandística quería remarcar quien domina el club, como se encargó Anil Murthy de recordar horas después en la rueda de prensa, cuando con un talante más presidencialista de lo habitual personalizó en su propia figura la decisión de prescindir de Celades.

La frivolidad no va con Voro, que esta tarde ante el Athletic Club aplicará los primeros cuidados a un equipo que quiere reencontrarse desde la sobriedad de ejecutar correctamente decisiones sencillas y fortaleciendo una defensa que solo ha quedado imbatida una vez en los últimos trece partidos. Del fútbol de la postpandemia se destaca la ausencia de espectadores, pero no tanto que nunca como ahora es un deporte en el que la personalidad y la intervención de un entrenador son más decisivos, con las constantes rotaciones en las alineaciones y con la efectividad en las cinco sustituciones por partido. Con solo una victoria de cinco intentos, esa gestión interna se le desplomó a Celades, que perdió el control de los resultados y del grupo. El dominio de ese código será crucial para Voro, que goza del respeto de la plantilla y de sus principales pesos pesados.

Solo un punto por debajo, pero con una dinámica mucho más optimista, llega a Mestalla un Athletic revitalizado, que en el regreso competitivo solo ha perdido un partido, en el Camp Nou contra el Barcelona de manera muy ajustada (1-0). El técnico valenciano no contará con José Gayà, lesionado, y espera tener en óptimas condiciones a Francis Coquelin. Las dudas en el Athletic Club se centran en el acompañante de Dani García en medio campo y en el delantero que complemente a Iker Muniain.

El tono de Voro volvió a ser el de siempre flemático en un entorno muy desestabilizado. «Igual que las otras veces, para mi es un acto de responsabilidad en un momento de dificultad del club. Pienso que desde mi parcela puedo aportar algo para mejorar la situación. Han sido muchas veces, pero llevo muchos años en el club, en muchas funciones, y para mí es un orgullo que el club piense en mí en una situación difícil para poder revertir esta situación», indicó. «Lo más importante es que los jugadores sepan la importancia que para el club y ellos mismos tiene cambiar la dinámica de resultados. Quedan seis partidos y es muy importante estar en Europa», subrayó Voro, que en la faceta de la recuperación anímica se verá acompañado de su fiel escudero, Chema Sanz, técnico experimentado y optimista por naturaleza.

Murthy, por su parte, justificó que tomó la decisión de destituir a Celades porque considera que es necesario «hacer un cambio» para que el equipo reaccione. «Lo más importante en estos momentos es poner en valor los seis partidos que restan. Voro no necesita presentación, es un valencianista comprometido con el club por encima de todo. Estamos en dinámica negativa de resultados y he decidido que era necesario un cambio para reaccionar y estar otro año en competiciones europeas. Quedan 18 puntos y aportando lo mejor de cada uno todo es posible», aseguró. El dirigente agradeció la «valiente» labor realizada por Celades «en un momento de dificultad». «Supo transmitir compromiso al equipo alcanzando los octavos de final de la 'Champions' siete temporadas después, en un grupo complicado, y victorias difíciles en los estadios del Chelsea y el Ajax. También agradecer el trabajo de César Sánchez. Les deseamos lo mejor en el futuro», concluyó el presidente valencianista.