Malsa y Son, los dos primeros fichajes del Levante UD para la campaña 20/21, acabarán la presente temporada con Mirandés y Ponferradina respectivamente pese a que ambos finalizaban contrato el 30 de junio y llegarán libres la próxima temporada a Orriols. Su situación es diametralmente opuesta a la de Bruno, futbolista con el que el Levante ha negociado y no ha alcanzado una entente para prorrogar su contrato más allá de la fecha inicialmente estipulada, ya que los dos han acordado -aunque por distinta vía- con los que todavía son sus clubes propietarios una prórroga del vículo laboral debido a la situación excepcional.

El caso de Malsa es sencillo. El Mirandés cuando estalló la crisis del coronavirus se dirigió a todos sus futbolistas y les propuso que para evitar un ERTE que afectase a la plantilla y sobre todo a los empleados del club firmasen una rebaja salarial de apenas un 13% -esa rebaja estaba muy por debajo de la media de lo que propusieron los equipos de la categoría de plata ya que el club está saneado- en el caso de que no se pudiese retomar la competición, pero que como compensación accediesen a prolongar aquellos vínculos que expiraban el 30 de junio. El grueso del grupo, que lógicamente engloba a Malsa, aceptó esas condiciones. Eso no es óbice para que en la entidad haya habido cierto malestar con el futbolista que la próxima campaña será granota y que nada más volver a la competición fue expulsado por pisar a un contrario y estuvo dos partidos sancionado. Además, cuando reapareció entrando de suplente vio una amarilla que le acarreaba otro partido más de suspensión. Aquello llevó a su técnico, Jon Pérez Bolo, a decir públicamente que lo de las tarjetas evitables lo tenían que solucionar de forma interna, si bien es cierto que en los últimos partidos (el último ya a fecha 1 de julio) ha participado con normalidad e incluso le ha tocado hacerlo como defensa central ante el Oviedo, una demarcación casi nueva para él debido a la falta de efectivos en su equipo. Hoy a priori vuelver a jugar de titular con el Mirandés a 3 puntos del Elche, que es sexto, y por tanto con aspiraciones.

Compensación

El caso de Son es diferente ya que la Ponferradina, uno de los clubes de la categoría más afectado por la hipotética finalización de contratos a 30 de junio debido al elevado porcentaje de jugadores o cedidos o que acababan contrato que tiene en sus filas (eran 19), llevó a la entidad a negociar rápido una ampliación también de los mismos en su caso de forma individual con cada futbolista. Club y la mayoría de jugadores acordaron durante la crisis de la pandemia una rebaja de salario de un 70%, lo que correspondía a un 20% de su sueldo anual, y es con ese con ese dinero 'ahorrado' con el que el club afronta ahora el sobrecoste que supone pagar un mes de salario añadido a los jugadores, ya que todos ellos han pactado un salario por este periodo de competición. Son también jugó con su equipo el pasado 1 de julio.