El presidente de Bankia, José Ignacio Gorigolzarri, ayer que para que se cierre la venta de las acciones del Valencia CF por parte de su máximo accionista, Peter Lim, hace falta un vendedor, pero también un comprador. Así lo indicó tras reunirse con el presidente de la Confederación Empresarial Valenciana (CEV), Salvador Navarro, cuando fue preguntado sobre la posibilidad de que el club, que mantiene con Bankia una deuda que ronda los 150 millones de euros, fuera vendido.

«No me gusta hablar de los clientes y menos hacerlo sobre asuntos hipotéticos, pero ante la presunción de una posible compraventa tiene que haber alguien que quiera comprar y alguien que quiera vender», agregó Goirigolzarri.

«Ahora eso es una hipótesis. No es un hecho analizable porque no existe, es un futurible, y prefiero no comentar este tema», agregó el máximo responsable de Bankia.

Sobre el descontento de la afición del Valencia con la propiedad del club, Goirigolzarri señaló que seguramente estaba más contenta hacer tres meses que ahora. «La verdad es que la vuelta del confinamiento no nos ha sentado nada bien», dijo.

Cobrar la deuda como objetivo

El propietario del Valencia CF ha ya devuelto a Bankia los 72 millones de préstamo, la gran parte del dinero con la que pagó la mayoría accionarial en 2014. El resto, 22 millones, fue pagado al contado.

El proceso de negociación de la venta fue largo y arduo. De hecho, estuvo a punto de romperse, al menos, en dos ocasiones. El máximo acreedor se negó a permitir que el singapurense tuviese total libertad para gestionar la economía del Valencia, por el consiguiente riesgo de despatrimonializarlo. En otras palabras: se aseguró de que el empresario asiático garantizase, en la medida de los posible, la estabilidad financiera de la sociedad de Mestalla para así asegurarse el cobro de la multimillonaria deuda. Exactamente con los mismos parámetros que se aplican sobre los clubes que están o han pasado por un proceso concursal para pagar a sus acreedores. Aparte del crédito personal que permitió a Meriton Holdings comprar el club, hubo que refinanciar la deuda de la entidad con el banco, de 256 millones a pagar en 15 años.

Cuatro puntos principales separaron durante un tiempo a Bankia y a Lim de la firma definitiva. Para empezar, el máximo acreedor exigió desde el principio una limitación del endeudamiento del Valencia CF. Establecer unos topes de gastos que Lim no podía sobrepasar, para evitar el peligro de una posible quiebra a medio o largo plazo. Sumar más números rojos en las cuentas del club supone, lógicamente, un impedimento para que Bankia se garantizase el cobro de la deuda. Esa deuda ha subida, pero sigue dentro de los parámetros establecidos, lo que no quiere decir que al banco no le preocupe la situación de inestabilidad general del club., aunque no es una preocupación excesiva. Mientras siga cobrando el pago de la deuda, las noticias son buenas para Bankia.

El banco que preside Goirigolzarri se aseguró el cobro del débito hasta el punto de que exigió a Lim el repartode los beneficios en caso de vender la explotación del nuevo Mestalla, algo que no ha ocurrido. El banco quiso que Meriton amortizase la deuda por todas las vías posibles de entrada de capital. Pero Lim quería disponer de todo el dinero y decidir cuánto y cuándo debe reducir el club sus números rojos. El singapurense consiguió su objetivo en gran parte. «Si yo estoy al día en el pago de la deuda bajo las condiciones firmadas, déjame la gestión a mí», vino a decir el actual dueño.