El culebrón tendrá final feliz para todas las partes. La renovación de Hugo Guillamón ya está lista. El central va a firmar un contrato por tres años más, con ficha de primer equipo. El siguiente paso queda en manos del próximo entrenador. El futbolista ha hecho lo que tenía que hacer: ha tenido paciencia, ha apostado y ha dado prioridad al Valencia, ha aprovechado los minutos que le han dado para demostrar sus cualidades en la élite. Después de varios meses con su continuidad abierta (tira y afloja), el club ha dado el paso al frente. La figura de Anil Murthy ha sido sustancial para llegar a un acuerdo, lógico. No tenía y no tiene sentido construir un discurso completo en torno a La Academia y después dejar marchar a un campeón criado en casa y cuya ambición es triunfar en Mestalla. Win-win para las partes, en una inversión de bajo riesgo, en la que el Valencia tiene poco que perder y todo a ganar.

Hugo ha ganado el primer gran pulso a las dudas y a los escépticos. Tras ser campeón de Europa Sub-19 comenzó como suplente en el filial, hasta noviembre, cuando las bajas le llevaron al once titular ante el Villarreal B. En un momento límite, el central respondió, el equipo ganó y se ganó la confianza de Chema Sanz. Pese a su trayectoria -de nota alta- en el Mestalla no había plan para el joven central (generación 2000). Así se plantó sin propuesta natural para renovar hasta su debut ante la Real Sociedad, finales de febrero. La necesidad le llevó a tener minutos con el primer equipo y César no supo resolver la encrucijada, ni antes ni después del confinamiento. Hasta la fecha, sólo Albert Celades se había mojado por Guillamón. Esa es su herencia, cuatro partidos como titular (Levante, Real Madrid, Osasuna y Villarreal) en los que el jugador ha lucido personalidad y virtudes, su salida limpia de balón y su inteligencia; claro que con algún error y algún defecto, propios de las circustancias y sin el apoyo de una estructura sólida. Cierto que Garay estaba fuera por lesión, pero -con Celades- le ganó la mano a Mangala y Diakhaby. Con Voro, sólo ha tenido el partido ante el Espanyol, victoria con portería a cero.

La hoja de ruta para la temporada que viene pasa por transformar la plantilla y vienen cambios en el eje de la zaga. Habrá fichajes, traspasos y alguna sorpresa. Ya sin Garay, puede pasar cualquier cosa, puede seguir Diakhaby y puede salir Gabriel. El próximo entrenador va a tener a su disposición a Hugo Guillamón. Eso seguro. Si después, lo mejor para el canterano es buscarle una cesión, se le buscará. El mercado promete dificultades y Guillamón ha demostrado que se puede confiar y merece la pena invertir en él. El club lo ha visto claro y ha sido inteligente.