El mercado granota ya cuenta con tres caras nuevas mientras la operación salida se mantiene atascada. Ahí el contexto es complejo pero la prioridad absoluta es centrarse en ese escenario antes que en cualquier otra llegada „sin contar la de Dani Gómez„. El cuadro granota de hecho habría realizado, cuando se oficialice su traspaso a Orriols, un total de 5 millones de euros divididos entre cuatro jugadores, todos ellos de la categoría de plata. Y con esas altas, el horizonte es claro: encontrar equipo para los jugadores con los que no se cuenta. Y eso también va por los cedidos. El cuadro granota ha tenido hasta siete este curso pero lo cierto es que salvo Pepelu y Sadiku, el nivel del resto, por unas cosas o por otras, ha estado lejos del esperado.

En el caso del jugador a préstamo en el Tondela y el del Málaga, la situación es distinta por rendimiento y por mercado. Con el primero de ellos, no se mira al mercado sino a pretemporada. Pepelu se ha ganado por rendimiento y proyección estar junto con el resto del equipo para demostrar que tiene el nivel suficiente para quedarse. Es decir, para triunfar como granota. En el caso de Sadiku la situación es distinta. El delantero ha marcado goles y ha estado a un nivel más que notable en LaLiga SmartBank. El albanés, con sus 13 tantos, tiene mercado y aunque no hay ninguna oferta por él aún encima de la mesa, es el menor de los problemas, que empiezan cuando se mira a otros futbolistas granotas.

El primero de ellos es Luna. Irregular en el Rayo Vallecano, solo 18 veces titular y con la sensación de arrastrar los mismos problemas que tenía en el pasado también como granota. Tras pasar desapercibido en Segunda, a un año de su finalización de contrato, el contexto es complicado. También en el caso Doukouré, pero por motivos bien distintos. Las lesiones le han impedido rendir más y mejor. Y para colmo después del parón, cuando recuperaba la sonrisa, volvió a romperse y salió el campo entre lágrimas. También finaliza contrato en 2021.

La situación de Ivi López también es complicada. No ha logrado ser ese jugador diferencial que se esperaba de él en la categoría de plata. Por último aparecen Manzanara y Dwamena. El primero de ello sólo jugó un tercio de los partidos en la Ponferradina. Dwamena, mientras, está prácticamente obligado a colgar las botas. Pero sólo en España. Eso es a lo que se agarra el delantero ghanés, que se mantiene firme en su empeño de seguir jugando. En su agencia de representación están explorando una cesión en Dinamarca.