Paco Raga está ya oficialmente jubilado. El hasta ayer vicepresidente, consejero delegado y hombre fuerte del Valencia Basket lo ha dejado. Y lo ha hecho por la puerta grande tras once años al frente de una entidad a la que llegó en un momento crítico. Bajo su batuta el club cambió de rumbo, transformó su filosofía y, gracias a eso, se llenó de argumentos y razones para que Juan Roig volviera a ilusionarse y no lo dejase. «De su mano conseguimos recuperar la ilusión de la afición, empezando por mí, y la pasión por nuestro proyecto y por el baloncesto», destacaba el máximo accionista hace apenas unos días.

Y lo cierto es que no es para menos. Cinco titulos y diez finales disputadas bajo su gestión le amparan, más allá de un balance económico saneado y equilibrado que ha permitido al Valencia Basket seguir creciendo año a año apostando también por el baloncesto femenino e impulsando proyectos como L'Alqueria del Basket y el Casal España Arena. «Es una situación a la que llevaba dándole vueltas desde hace dos años. Eran ya once en el cargo, tengo 70 y necesito un poco de descanso, aunque seguiré vinculado al club», indicó a SUPER recientemente el que desde hoy ya es nuevo Presidente de Honor de la entidad, además de continuar formando parte del Consejo de Administración. «Para mí fue un honor que me propusieran continuar en el Consejo y ser Presidente de Honor, fue un detallazo del Consejo y lo agradezco mucho», destacó.

Y es que nadie olvida su aterrizaje junto a Vicente Solá en 2009, un momento crítico al que se llegó tras «unos años en los que no se había acertado en los fichajes, vinieron algunos americanos que ganaban mucho dinero y estábamos desengañados. Cambiamos el estilo, apostamos por hacer las cosas con más coherencia». Y de ahí resurgió este nuevo Valencia Basket, el de la Cultura del Esfuerzo y del que curiosamente se despide habiendo firmado a una de las mayores promesas del baloncesto nacional, el ala-pívot Jaime Pradilla y con la Euroliga a punto de llamar a la puerta para ofrecer una Licencia A.

Aún así, insiste en que «preferimos que se llegue siempre por méritos deportivos y que no haya ningún club fijo en la Euroliga. De momento, intentaremos hacer buenas plantillas para quedar siempre entre los ocho primeros, ilusionar a la afición y poder jugarla, pero si llega el momento en el que nos llega esta posibilidad, ya decidiría el club. Pero recalco que preferimos estar por méritos deportivos».

Una decisión que deberá tomar José Puentes, hasta ahora director de operaciones y relaciones institucionales y que desde hoy asume el control de la entidad «taronja».