El Bayern de Múnich aplicó anoche un severo correctivo al FC Barcelona, al que derrotó por 2-8 en los cuartos de final de la Liga de Campeones que se celebra en Lisboa, en un partido donde los bávaros fueron superiores de principio a fin. El Barça mostró la misma cara que en la recta final de la Liga, escaso juego en equipo y graves errores defensivos en todas las zonas del campo.

Antes del pitido inicial, ya en el centro del campo, Messi le ofreció el saludo de caballero a Robert Lewandowski. Un apretón de manos sinónimo de 208 goles en la Champions: 142 del argentino y 66 el polaco. Así, ya en el partido, fue tras un disparo de Luis Suarez que despejó Neuer, cuando llegó el primer mazazo para los culés. Jugada por la izquierda de Perisic, el balón llega a Lewandowski que deja en bandeja el esférico para que Müller anotara el 0-1. Certificaba su tanto número 45 en la Champions.

Sin embargo, el Barcelona se volvió a meter en el partido en el minuto 6 gracias a una jugada por la banda izquierda de Jordi Alba que puso el balón al punto de penalti y que Alaba anotó en propio puerta cuando intentó despejarla. El juego por las bandas era la apuesta de catalanes y bávaros y todas las jugadas del Bayern llegaban por la izquierda. Tras ello Messi apareció en el 19,con una jugada de las suyas, y tras perdonar una clara, en la siguiente jugada el Bayern volvió a llegar por la banda de Semedo. Perisic anotaba el 1-2 tras un disparo cruzado que no pudo atajar Ter Stegen.

El choque se desbalanceaba en el marcador pero las ocasiones se sucedían y el Barça no se arredró. Así, tras un cabezazo de Piqué que no cogió puerta, volvió Perisic por la izquierda que no fue gol por la buena intervención de Stegen. De poco sirvió, porque segundos después, un fallo clamoroso de Lenglet en el centro del a defensa dejó solo al extremo diestro alemán Gnabry que anotó a placer el 1-3 en el minuto 27.

Minutos más tarde, el huracán Bayern volvía a llevar el peligro por la banda derecha, que supuso el 1-4 tras un remate de Müller en el área pequeña. Media hora y 1-4, los ánimos de los azulgrana por los suelos, apenas le duraba el balón.

Y así llegó el descanso, la primera vez en la historia del Barcelona que sufría cuatro goles en competiciones europeas en los primeros 45 minutos. Era, por tanto, tiempo de cambios, aunque la única novedad fue la entrada del francés Griezmann por Sergi Roberto. Con el francés en el campo, la segunda mitad comenzó igual, con desajustes defensivos entre Piqué y Lenglet que dejaron solo de nuevo a Perisic, aunque el balón no entró porque el disparo se fue a las manos de Stegen.

La esperanza de pasar, rota

Las ilusiones por la remontada aparecieron en el 56. Messi abrió a la derecha para Alba, excelente control, pase atrás para Luis Suárez, que definió a lo grande con un recorte y disparo cruzado que batió a Neuer. Se oían los gritos de «vamos, vamos» en los suplentes del Barça. Pero fue sólo un espejismo, porque la jugada del encuentro estaba por llegar. Davies, canadiense de 19 años, por la banda izquierda, en la que le ganó en velocidad a Semedo, llegó hasta el área pequeña y la sirvió atrás para que marcara a placer el internacional alemán de 25 años Kimmich.

Ya no había defensa y en el 68 el francés Coman, que acababa de entrar, pudo hacer el sexto, de no haber fallado el disparo a placer dentro del área. En ese momento, los bávaros ya contabilizaban una veintena de remates a puerta. Y al vigésimo segundo remate, minuto 82, el goleador de la Liga de Campeones, Robert Lewandowski anotaba de cabeza para sellar su décimo cuarto gol en esta Champions, tras un centro de Coutinho, que acababa de ingresar en el campo. Y solo dos minutos más tarde, el propio Coutinho se quedaba solo ante Ter Stegen, recortó y batió a placer para subir el 2-7 al luminoso de Lisboa. Apenas lo celebró el 10 del Bayern, como tampoco puso demasiado empeño en festejar el octavo, también del brasileño.

Una noche terrorífica, la mayor goleada sufrida en la historia europea del FC Barcelona ante la apisonadora del Bayern de Múnich.