La casa por el tejado suena bien, como canción. La reconstrucción del Valencia CF tiene un principio menos poético, pero más práctico. Javi Gracia ha empezado por los cimientos. El entrenador quiere que el equipo sea un todo a la hora de defender. La solidez es un principio global que depende del funcionamiento en bloque de todas las líneas. Eso es lo que está trasladando. El primer objetivo es establecer las bases -en estructura y mentalidad- del trabajo sin balón.

El míster ha cambiado el primer tono a la hora de dar instrucciones. Lo ha elevado. En las últimas jornadas se ha visto al Gracia más enérgico de la pretemporada. Ha dejado imágenes con mucha fuerza. Gestos e instrucciones con las láminas de ejercicios enrolladas en la mano. Cuerpo técnico y entrenador están empezando a desplegar su versión más instructiva y operaria. Javi Gracia está haciéndose con el vestuario, sus mensajes llegan y el grupo transmite buenas sensaciones. No es una cuestión sin importancia, más todavía en un marco tan duro y complejo como el actual.

Crecer desde el equilibrio

Ahora mismo, el crédito del proyecto está depositado en Javi Gracia. Es la referencia más sólida e higiénica tanto para los futbolistas como para los aficionados. El primer objetivo de crecer en consistencia desde el colectivo tiene carga de profundidad. Suena lógico y es necesario advirtiendo las carencias que el equipo arrastra. El míster insistió en la presentación que el Valencia necesita mejorar y tiene margen en muchos apartados, pero los números que tienen que ver con la fase defensiva, la forma de defender y su funcionamiento preocupan. No es únicamente cuestión de goles encajados, aunque la cifra -53 en 38 jornadas de LaLiga- es llamativa y anticompetitiva. Gracia pretende mejorar las acciones de estrategia, las transiciones, el cómo y cuándo del pressing, todo lo que tiene que ver con las funciones y la tarea sin balón. Es un primer paso, fundamental para desarrollar todo lo que vendrá después. La idea es que el Valencia sea un equipo agresivo, compacto, rápido y también atrevido.

La clave es el equilibrio, el valor que permitirá tomar fuerza a la hora de proteger el marcador y de atacarlo. Parece una reflexión de cajón, pero no lo es. Javi Gracia es consciente de que la capacidad para resistir, la cohesión y la estabilidad son fundamentales para que los futbolistas ganen en confianza y puedan expresarse desde la seguridad. La primera victoria es que los futbolistas tomen como propia esta primera fase del proceso. Luego vendrán las siguientes plantas hasta elevar variantes y matices.

Sufrir y hacer sufrir

La pretemporada acaba de arrancar y el mercado es largo (hasta octubre), pero Javi Gracia busca certezas entre una tormenta de dudas. El cuerpo técnico está metiendo las primeras claves en el disco duro de los futbolistas, con entrenamientos y una preparación orientada a alimentar las piernas, el coco y la estructura de un Valencia cuyo ideal es marcar la diferencia por control del ritmo, de la velocidad, del espacio y de las transiciones. Saber sufrir y hacer sufrir al adversario es el principio de la nueva identidad.