La cuenta atrás ya ha empezado. El nuevo Valencia Basket echó a andar ayer en La Fonteta en un primer entrenamiento de pretemporada en el que estuvieron los cinco nuevos fichajes de una plantilla que debe subirse el listón de objetivos de cara al próximo curso.

Jaume Ponsarnau, que puede contar ya con los 14 jugadores de la primera plantilla disponibles ante la ausencia de lesiones o partidos internacionales, sabe que la exigencia será máxima y así lo asume desde el primer momento.

«Creemos firmemente que crecemos respecto a la temporada pasada. En verano tuvimos alguna no continuidad que no queríamos, pero hemos encontrado en el mercado muy buenos recambios. Aparte de los jugadores con los que queríamos mejorar el equipo, creo que hemos crecido y que tenemos más argumentos para ser más competitivos: versatilidad, calidad física y talento. Lo que pasa es que todo eso se tiene que conjuntar».

Y es que aunque sobre la mesa tenga una plantilla superior a las anteriores, el técnico sabe que hay que plasmarlo en resultados y ello pasa por lograr una buena dinámica de grupo. «A veces confundimos, especialmente en los deportes colectivos, que la suma de individualidades -que está muy claro que son muy buenas las que tenemos-, te hace más competitivo. Y no es así. Lo que tenemos que hacer es armonizar las virtudes que tenemos, que son muchas, para llevarlas a cabo como equipo. Este es el proceso, para eso está la pretemporada».

Ponsarnau desvela que su intención en estos primeros días es «entrenar a partir de establecer una filosofía de juego un poquito más abierta para que los jugadores hagan las cosas que saben hacer y las enseñen. E intenten a través de ellas conectar con el resto de jugadores. Pero a la vez ir centrando cosas que son importantes para la filosofía que queremos tener de cara a que todos vayan entrando. Tenemos que ir muy rápido y en este sentido el proceso lo tienen que liderar los jugadores que ya estaban. Creo que estamos en buen camino, porque las primeras sensaciones con el grupo tanto con lo que son las personas como con los jugadores son buenas y vamos a construir un proyecto que sea lo más ambicioso posible. Pero a partir de que tenemos que ir construyendo calidad».

Respecto a los objetivos, recalca que «tengo el privilegio de entrenar otra vez a un equipo mejor de lo que nunca haya entrenado. Y de hacerlo en un club que ha confiado en mí después de cuatro años de estar trabajando. Los defectos y las virtudes están muy claros en esta realidad».