La puesta en escena del viejo-nuevo Valencia CF dejó las primeras dosis de ese equipo valiente, intenso, agresivo y vertical que persigue el nuevo entrenador. Siendo un simple test de pretemporada, además el primero, se vio con claridad la intención de poner una marcha más en casi todo, a la hora de circular la pelota, en la presión, en la salida desde atrás. En un momento en que la negatividad lo invade todo, siempre es una buena noticia que la mano de Javi Gracia se vea desde el primer día, casi desde la primera jugada de un partido que además acabó ganando el Valencia con un gol de bella factura anotado en la segunda mitad por Manu Vallejo.

Casi todo se vio en los primeros 45 minutos en que, pese al contratiempo de la temprana lesión de Kang In Lee, Uros Racic emergió en la medular emulando los movimientos de Parejo, buscando la pelota, bajando a recibir, jugándola en corto y en largo, llegando incluso a boca de gol. Llega lanzado y con ganas, Gracia le dio los noventa minutos que aprovechó hasta el último suspiro. En apenas diez, además, el Valencia había rematado cuatro veces a portería, algo que no deja de ser noticia. Se vio, además, mucha efervescencia en la banda derecha, donde ya no está Ferran y hay un sitio que conquistar. Ahí apareció Yunus Musah, primera parte por la derecha, segunda por la izquierda, demostrando que quiere ese puesto y puede ser un futbolista a tener en cuenta.

Acabó el partido con un único tanto en el marcador porque todos tienen todavía el punto de mira desajustado, también Maxi, que en pocos minutos pudo marcar en un par de ocasiones. El único capaz de enchufarla fue Manu Vallejo, entró en el minuto 20 por el coreano y se hizo notar desde el primer instante generando peligro. En su primera acción, una buena combinación con Guedes sirvió para dejar solo a Racic, que llegando desde atrás la rompió con su pierna izquierda estrellando el balón en el portero.

Aunque no todo fue una fiesta. Ortuño tuvo la primera para el Castellón en una imprecisión de Gabriel, también pudo inaugurar el marcador lo mismoque Cubillas, en un remate de cabeza ganando la posición a Thierry que se marchó ligeramente fuera. Fueron unos pocos minutos en que el conjunto albinegro, esta vez de verde, generó cierto desconcierto en la zaga acertando en la presión, aunque el primer tiempo acabó con otra buena ocasión de Vallejo que resolvió Campos y un derechazo de Guedes también resuelto por el portero.

Tras el descanso, con los cambios el Valencia tardó bastantes minutos en ajustarse y fue el Castellón el que se hizo con el control y las ocasiones, sobre todo una de Rubén Díez tras robarle la cartera a Guillem Molina. Debutaba el chaval en el centro de la defensa junto a Hugo Guillamón, con Gayà y la vuelta de Piccini en los laterales. Se desconectó durante una fase del choque Racic y el equipo lo acusó hasta que Koba, otro de los jóvenes a prueba, entró en juego. Entre otros detalles, envió un lanzamiento de falta al larguero, un balón que parecía centrado pero se fue envenenando hasta sorprender al meta. Poco después, Gayà se lo hacía todo en el 65 y su disparo final se marchaba rozando el poste. No lo rozó Guillamón, con un remate de cabeza entrando totalmente solo al segundo palo que se estrelló priemro en el palo y después en el meta.

El gol se hacía de rogar pero tenía que llegar, lo hizo además en una jugada de manual. Un saque del portero al lugar preciso, Wass controla con el pecho y corre la banda, Piccini conecta con Sobrino que sin mirar le metía el balón en largo a la carrera del danés, cuyo centro al área lo remataba Manu Vallejo a la red. A falta de conocer quién más se va y quién viene hasta completar la plantilla definitiva, la idea de fútbol toma cuerpo.