La final de la Copa de Europa de 1964 enfrentó en el Prater de Viena al Real Madrid y al Inter de Milan. En el Madrid aguantaban la titularidad Di Stéfano, Puskas, Gento y Santamaría. Ganó el Inter de Suárez y Mazzola por 3-1. Al día siguiente de aquella triste final, S antiago Bernabeu llamó a su despacho a Alfredo Di Stéfano, para proponerle ocupar el cargo que quisiera en el Madrid porque ya no se le iba a renovar el contrato como jugador. Tenía 38 años; había hecho legendario a un equipo que siempre estuvo por detrás del Barcelona y del Atletic de Bilbao pero había llegado ese momento que nadie quería aunque todos sabían que ocurriría. La reacción del jugador fue impulsiva, porque él era así. Se enfrentó a su presidente; se negó a aceptar su propuesta cargada de sentido común y pegó un portazo. Bernabeu le dijo: «Si te vas así, mientras yo esté aquí no volverás?» Y aquel jugador que fue considerado como el mejor de todos los tiempos, el que encandiló a la prensa deportiva de la época, el jugador referente que fue para Boby Charlton, Maradona, Beckenbauer y Cruyff, optó por marcharse al Español de Barcelona donde acabó su carrera deportiva con más pena que gloria. Bernabeu le perdonó aquella reacción impulsiva y le preparó un homenaje de despedida en 1967, contra el campeón de Europa de aquel tiempo, el Celtic de Glaswow día en el que recibió la máxima distinción del deporte español: la Medalla de Oro al Mérito Deportivo. Hoy el Real Madrid tiene a Di Stéfano como el jugador venerado. En su tiempo, pegó un portazo. El argentino hizo grande al Madrid, con el que conquistó 5 copas de Europa consecutivas pero el Madrid hizo grande a Di Stéfano. Y la institución que le pagaba generosamente no podía quedar por debajo de las exigencias de un empleado, por influyente que fuera y que de hecho fue Di Stéfano. Muchos recuerdan que el legendario Didí no pudo «adaptarse» al equipo dominado por el argentino. Apenas aguantó una temporada en el Madrid tras su éxito en el Mundial de Suecia.

Messi no ha pegado un portazo. Ha enviado un burofax después de perder 2-8 una semifinal de la Copa de Europa. Leo Messi puede considerarse el jugador más habilidoso de todos los tiempos. Nadie ha hecho lo que él. Pero Messi empezó a ser menos Messi cuando ya no tenía ni a Iniesta, ni a Xavi Hernández. Ha hecho más grande al Barcelona, pues con él conquistó 4 copas de Europa. Pero el Barcelona de Valdés, Pujol, Piqué, Hernández, o Iniesta, ha hecho grande la carrera de Messi. El argentino, criado con mimo desde su niñez en el Barça, ha decidido marcharse porque no le gusta lo que ve. Cobra religiosamente y exige nada más y nada menos que cambiar al presidente y renovar la plantilla?Messi no irá al Espanyol; seguramente tiene cuerda para un par de años en otro equipo grande que disputará contra el Barça la Champions?Millones de culés lloran esta salida. Es una historia repetida con muchos de los más grandes. Deportistas que no han sabido enfrentarse a la cruda realidad de la decadencia?y se autoengañan proponiéndose retos que son quiméricos. Miren a Cristiano Ronaldo en la Juve. Marchó al calor de aquella ovación del gol de chilena, buscando amor ajeno y perdiendo chorros de estima del club que le hizo más grande. Con todo, tranquilos, el tiempo curará estas heridas.