El Levante tiró de los menos habituales y de una selección de canteranos para imponerse al Castellón. Después de la victoria del sábado contra el Villarreal, fue la última prueba antes de arrancar el próximo domingo LaLiga contra el Valencia en Mestalla. Un cabezazo de Coke en los primeros compases fue suficiente en un partido que supuso la guinda a una pretemporada inmaculada. El estreno de Ferni, un extremo del filial criado en el Atlético de Madrid, y el desparpajo con el que Álex Blesa entró al campo tras el descanso destacaron como dos de las notas más llamativas del ensayo. La mejor, sin embargo, volvió a salir de las botas de De Frutos, la auténtica sensación del verano. El caño del canterano madridista a César Delgado pasó por lo más destacado desde la asistencia de Hernani y el propio gol.

En un once plagado de imberbes, la presencia del veterano Coke fue el principal contrapunto a tanta juventud. Al vallecano, llegar y besar el santo con el brazalete de capitán, se le pueden discutir cosas menos que tiene gol y que su cabeza es un muelle. Con Son y Miramón por delante de como laterales derechos, su transformación a central lleva tiempo en fase de laboratorio. Circunstancialmente ya ha ocupado esa posición en la que no necesita tanta intensidad en los esfuerzos. De momento, sus galones están ahí. Incluso para tirar en la recta final una falta al borde del área en la que Blesa se quedó esperando.

También hay ficha para Hernani, autor de la asistencia y víctima de un posible penalti en la única acción polémica. El portugués, que botó al segundo palo la falta del 1-0, probó esta vez en la delantera. La consecuencia de su irregularidad en banda es la causa por la que está en el mercado, aunque ninguna de las ofertas recibidas por el momento es de su agrado. El ex del Oporto, al que con los datos en la mano le pesa el defecto de no terminar lo que empieza, se ha visto eclipsado por la efervescencia de De Frutos y ante la posible reconversión de Morales.

Además, el centro del campo fue del todo experimental. Entre el descanso para los titulares del Villarreal y que Bardhi y Vukcevic estaban con su selección, en la sala de máquinas coincidieron un descarte y la última apuesta del entrenador. Manzanara ya conoce su condición y está a la espera de equipo. Pero Pablo Martínez es el jugador del filial con más carrerilla. Para el entrenador se trata de un valor al alza, de ahí su renovación. Tras el descanso llegó el turno de Álex Blesa, la otra joya de la corona, un mediocentro con calidad y desvergüenza cuya explosión en el filial no debería dilatarse más allá de este curso.