No será fácil que Carlos Soler olvide este verano de 2020. El centrocampista del Valencia CF está viviendo un auténtico calvario desde que empezó la pretemporada el pasado 10 de agosto. Parece que le haya mirado un tuerto. Primero, un positivo por Covid-19 que le obligó a aislarse en su domicilio durante tres semanas. Después, un falso positivo que retrasó su incorporación al grupo. Y ahora, una inoportuna lesión muscular cuando comenzaba a coger ritmo que le impidió disfrutar de minutos en el debut de LaLiga contra el Levante y le obligará a estar alejado de los terrenos de juego alrededor de 3-4 semanas. Por una cosa o por otra, Soler no arranca esta temporada. Es el colmo de su mala suerte. Carlos sufre una lesión fibrilar en la musculatura interna del muslo derecho que necesitará un proceso de recuperación de entre 3 y 4 semanas. Casi un mes. El futbolista se perderá los partidos contra el Celta, el Huesca y la Real Sociedad con toda seguridad y comenzará a tener opciones reales en el Valencia-Betis del 4 de octubre correspondiente a la jornada 5.

Lo más probable es que Soler regrese al verde después del parón de selecciones internaciones el 18 de octubre contra el Villarreal en La Cerámica. Soler no jugó el Derbi y no ha disputado ninguno de los amistosos de la pretemporada contra Castellón, Villarreal, Levante y Cartagena. Podría plantarse a mediados del mes de octubre sin competir. Soler estaba dispuesto a ayudar al equipo en el Derbi después de la lesión de Jason Remeseiro y apretó para estar a disposición de Javi Gracia a pesar de llevar solo una semana de pretemporada. Las sensaciones eran muy buenas, sin embargo el esfuerzo y su compromiso con el equipo le pasó factura a final de la semana. Si ya era un riesgo alto que compitiera con solo una semana de entrenamientos en las piernas, resultaba imposible sacarlo al terreno de juego con molestias. Por ese motivo no disputó ningún un minuto contra el Levante y tuvo que conformarse con ver todo el partido desde el banquillo, ahora la grada de tribuna baja. Gracia hizo cinco cambios y ninguno fue Soler. El futbolista arrancó la semana con la esperanza de que su problema se quedara en molestias. Sin embargo, el dolor persistía y Carlos no salió a entrenar el lunes con los suplentes. La lesión podía ser más grave de lo que en un principio parecía. Y así fue. El miércoles se sometió a una prueba médica para conocer el alcance exacto de la lesión y se confirmaron los peores pronósticos. Carlos está roto.

De su muslo derecho y de su mala suerte. La lesión es un contratiempo más para Soler y supone más problemas para Javi Gracia. El técnico explotó el viernes porque no llegan los fichajes del central y el mediocentro. Cinco días después ha visto cómo se lesionaba dos futbolistas de esas mismas posiciones. El club ya ha confirmado la rotura de Mangala. «Sufre una lesión fibrilar en la parte posterior del muslo derecho». Carlos Soler estaba llamado a ser el mediocentro organizador del Valencia en la visita a Balaídos del sábado. El plan del cuerpo técnico era que el jugador tuviera sus primeros minutos en el Derbi y llegara perfectamente rodado y con ritmo al partido contra el Celta. La lesión ha trastocado todos los planes y Javi Gracia está en la obligación de buscar alternativas en de la plantilla. Las únicas soluciones para acompañar a Geoffrey Kondogbia en el doble pivote-Daniel Wass supone apostar por Thierry Correia como titular lejos de Mestalla- son Vicente Esquerdo o Uros Racic. El técnico navarro tendrá que elegir. A Esquerdo le pesó la responsabilidad de tener que hacer de Dani Parejo en su primer partido como ´8´ del Valencia. El calpino no cuajó su mejor partido a pesar de su notable pretemporada, pero tiene la confianza del técnico y sabe que seguirá teniendo oportunidades. El canterano confía en hacerse fuerte en la plantilla. Racic, por su parte, ganó puntos en el Derbi, dio consistencia al centro del campo y esta vez podría ser el elegido teniendo en cuenta que se juega de visitante.