El Bayern de Múnich tuvo que emplearse al límite y llegar hasta la prórroga para adjudicarse la Supercopa de Europa (2-1), la segunda que consigue en su historia y que le confirma como el mejor del continente, ante un Sevilla bravo, sin complejos y que hizo que el conjunto alemán tuviera que sacar todos sus recursos para superarle.

Los sevillistas, que ganaron la primera de las seis Supercopas de Europa que jugaron -2006 al Barcelona (0-3)-, perdieron otra oportunidad en un partido que empezaron ganando con el tanto de Lucas Ocampos, de penalti, y que con el 1-1 tuvieron alguna que otra para resolverlo, aunque la constancia y recursos alemanes dio frutos con el tanto de Javi Martínez en la prórroga (minuto 104), poco después de salir al campo.

Un equipo como el bávaro, triunfador de la última edición de la Liga de Campeones, de la que tiene cinco trofeos más en su historia, vigente campeón de la Bundesliga y que en el inicio de torneo doméstico 2020-21 le ganó con un espectacular 8-0 al Schalke 04, no podía más que dar respeto a los sevillistas.

Sin embargo, los de Lopetegui no quisieron arrugarse y Fernando Reges y Joan Jordan redoblaron los esfuerzos para que al adversario le costara presionar y así el Sevilla también empezó a ver de cerca al meta Manuel Neuer. Sería en una de esas cuando Jesús Navas metió un balón en el área, el neerlandés Luuk de Jong la bajó para que se la quedara Rakitic y a éste le derribara el austríaco David Alaba, un penalti que no dudó en señalar el inglés Anthony Taylor y supuso el único tanto sevillista, ese que finalmente no fue suficiente para llevarse el triunfo.