El Valencia se enfrenta a su semana más importante de la temporada en el momento más crítico de la era Javi Gracia. El técnico ha agotado su paciencia y está al límite por culpa de las promesas incumplidas de Meriton. Sus comparecencias públicas se cuentan por dardos a la propiedad. La tensión entre el entrenador y los dirigentes del club crece peligrosamente a medida que se acerca el cierre del mercado el próximo lunes 5 de octubre. No habla con el presidente Anil Murthy desde hace dos semanas, duda si el secretario técnico Miguel Ángel Corona está al tanto de todo lo que pasa en el Valencia en matería de fichajes y se ha cansado de esforzarse en proponer refuerzos porque al final no sirve de nada. Todo eso denunció el navarro este lunes en rueda de prensa. Sin alzar la voz, mordiéndose la lengua, pero dejando píldoras en muchas de sus respuestas.

El proyecto se tambalea y el Valencia vive al filo del alambre a siete días para que se cierre definitivamente la ventana de fichajes. Lo peor es que este clima de desconfianza y dudas ha acabado por arrastrar deportivamente a una plantilla que ya se sentía de por sí debilitada por la salida de jugadores importantes. Atrás quedaron aquellas esperanzadoras sensaciones de la pretemporada. A los desajustes defensivos de las primeras jornadas ahora hay que sumar los problemas a la hora de generar juego. El resultado es un equipo que no sabe hacia donde camina. En medio de esta incertidumbre y en plena cuenta atrás del mercado aparecen en el camino dos proyectos que este verano han querido dar un paso adelante como la Real Sociedad de David Silva y el Real Betis de Manuel Pellegrini.

El Valencia se enfrenta a los dos en cinco días. Gracia no se atreve a hablar de objetivos hasta que no vea con sus propios ojos la confección final de la plantilla. El técnico dispara con bala. «¿Objetivos? Vamos a ver la plantilla y luego diré. En estos momentos el análisis que hago del pasado reciente del club es que fue noveno en la última temporada, en una media de los últimos años creo que está entre octavo y noveno, se nos han ido jugadores importantes, no hay fichajes, vamos a ver... Con la plantilla que tengamos a ver dónde nos pone la competición».

Lo que sí tiene claro es que estos dos partidos de máxima exigencia contra hipotéticos rivales directos van a ser la mejor piedra de toque para ver a qué nivel se encuentra el Valencia. «Ahora tenemos dos equipos que han empezado muy bien la temporada y que van a ser dos piedras importanets para ver en qué nivel estamos». El verde y el mercado pondrán al Valencia en su sitio. Todo lo que pase de aquí al lunes en los despachos y en el césped marcará el devenir de la temporada. Para bien o para mal. Es la semana del juicio final.

La plantilla palpa la tensión que existe en el club, el ambiente no es el mejor y el mensaje que ha lanzado el capitán es de unión. José Luis Gayà apela a estar «más juntos que nunca». «Tenemos la oportunidad de cambiar las malas sensaciones del sábado. Más juntos que nunca. ¡Vamos equipo!». «Sempre junts», reforzaba su discurso Jaume.

No queda otra. El problema es que para ganar en San Sebastián no bastará la actitud. Hay que cambiar muchas cosas en defensa y ataque. «Con la plantilla que tenemos, tenemos que ofrecer una mejor imagen y conseguir los mejores resultados. Tenemos que mejorar a nivel defensivo de forma colectiva e individual, no podemos esperar a ganar concediendo tanta ocasión. En ataque debemos de asumir la responsabilidad que con los jugadores que tenemos tenemos que mejorar nuestro juego ofensivo y tenemos capacidad para hacerlo mejor, más allá de las incorporaciones que vengan», dice Gracia.

El reto es difícil, el precedente del año pasado es demoledor, pero como dice el técnico «son estadísticas y vamos con la ilusión de romperlas». Sería la mejor forma de arrancar esta semana.