Esto es lo que hay. El Valencia singapurense no da para más. El accionista mayorista se está desentendiendo del club y ello podría tener varias interpretaciones, aunque no sería tal vez la más certera que deseara deshacerse del club porque dejándolo a la deriva no parece probable que apareciera un auténtico caballo blanco. El Valencia hasta llegar al partido contra el Betis vivió de espejismos. El primero, ante el Levante y el más reciente, frente a la Real Sociedad. Fueron dos victorias que no sirvieron para anular las malas predicciones que cabía hacer con el empate con el Huesca y la derrota en Vigo. Lo del Betis ha sido simplemente la confirmación de que con el equipo actual, un Mestalla remendado, no se pueden tener otras aspiraciones que salvar la categoría. El Valencia que prometió Lim no está entre los ases de la baraja. Está entre els huits i nous i cartes que no lliguen.

El Valencia carece de la estructura futbolística necesaria para mantener un puesto digno. Falta firmeza en la defensa en la que ni siquiera hay reservas. El día menos pensado acabará jugando Wass, que vale para todo, como central. No hay un centro del campo que defienda y construya. Se está a medio camino con Kondogbia y la aportación que se presume que dará Carlos Soler.

Javi Gracia está haciendo esfuerzo de imaginación para encontrar lo que gastronómicamente sería un apaño a falta de buenos ingredientes. Trata de poner en marcha a jugadores jóvenes inexpertos por los que habría que tener ilusión si fueran jugadores de acompañamiento y no piezas angulares como está sucediendo.

Es probable que Thierry mejore y acabe siendo un lateral destacable. Es posible que Kang In termine por justificar las razones por las cuales tras el mundial de jóvenes regresó con pátina de gran estrella. Cabe la posibilidad de que Guedes despierte para que los aficionados no crean que su figura fue un insomnio. Podría ocurrir que Maxi no perdiera el tino ante la portería si tuviera con quien acoplarse para el ataque y hallara fundamentos en la creación de juego desde atrás. Mas todo ello es cortada para no plantearnos la posibilidad real del descenso.

El futuro del equipo por muchos esfuerzos que haga Javi Gracia, tiene como final la lección dedicada a los reyes godos en el caso del reinado de Witiza: oscuro e incierto. Tras él llegó don Rodrigo últimus rex gotorum. Es lo que hay.

Posdata: Voro, esta vez te puede caer más gorda que nunca.