En cuanto se hicieron las doce de la noche en Singapur terminó la actividad en las oficinas del Valencia CF. A las seis de la tarde. Su máximo accionista Peter Lim no había dado el visto bueno a ninguna operación y se consumó lo que ningún valencianista esperaba pero todos sospechaban: Se cerraba el mercado de fichajes y el Valencia no anunciaba ninguno. La decisión de Meriton es histórica y tendrá consecuencias que ahora mismo son difíciles de prever. Desde el punto de vista deportivo Peter Lim ‘condena’ al Valencia CF a ser un equipo que como mucho pueda luchar por entrar en Europa League, desde el punto de vista social, se puede afirmar que es la gota que colma el vaso… si es que el vaso no estaba colmado con la infinidad de acontecimientos que han sucedido alrededor del Valencia CF en los últimos meses. Va a ser muy difícil, por no decir misión imposible, que Peter Lim pueda remontar la actual crisis de credibilidad que sufre entre el valencianismo. Desde luego, se puede afirmar abiertamente que no tiene precedentes.

Y no tiene precedentes porque a la crisis de credibilidad que vive ahora mismo Peter Lim y su proyecto -o sus intenciones- al frente del club, arrastra incluso a las personas que dan la cara por él en València. Como el consejero José Luis Zaragosí, que habló en público el pasado 17 de septiembre y esto dijo: «Hay que entender la situación económica, pero con toda seguridad van a llegar fichajes».

Entrenamiento de Javi Gracia con el VCF tras el cierre del mercado de fichajes

Entrenamiento de Javi Gracia con el VCF tras el cierre del mercado de fichajes

Y eso que la mañana de ayer lunes cinco de octubre, día en que se cerraba el mercado de fichajes, fue de lo más activa y las negociaciones se pusieron en marcha bien pronto hasta el punto que el presidente del club, Anil Murthy, decía a las puertas de las oficinas cerca de las doce del medio día que se negociaba con un centrocampista y un defensa central. No se puede hablar de optimismo pero sí de cierta esperanza en que podrían cerrarse dos operaciones que meses o semanas antes no hubo manera de desencallar. Y aunque se desencallaran desde el punto de vista económico, la realidad, es que como ha venido sucediendo en las últimas semanas, al llegar la hora de la verdad, el máximo accionista, Peter Lim, no dio permiso para fichar ni a Capoue, que fue el centrocampista por el que ayer lunes se volvió a negociar. Tampoco dio el visto bueno para rematar la operación del central que de nuevo se había encarrilado por la mañana. En cuanto Lim echó el cierre en Singapur, en cuanto dijo NO, se paró el club.

Y la conclusión es que el Valencia CF no ficha a nadie después de vender, y en algunos casos hasta regalar, algunos de los mejores futbolistas de la plantilla. Algo que no tiene precedentes en la historia reciente del club. El Valencia CF ha vendido a Ferran Torres al Manchester City, a Rodrigo Moreno al Leeds, a Coquelin al Villarreal, ha regalado a Parejo también al Villarreal y a Centelles al Almería, y cedido a Piccini a la Atalanta. Y decidió no renovar a Ezequiel Garay. A cambio, no ha fichado a nadie. Ha recuperado a Uros Racic que estaba cedido en el Famalicao y a Lato que estaba en Osasuna. Y le ha dado la oportunidad a canteranos como Guillamón, Yunus y Vicente Esquerdo. Esa ha sido la planificación del conjunto blanquinegro.

La del Valencia CF y los fichajes ha sido una historia de querer... y no querer. Hace algo más de un mes el Valencia CF esperaba fichar cuatro futbolistas, dos centrales, un pivote defensivo y un delantero, pero conforme avanzó el tiempo, el entrenador se conformó con solo dos, un pivote y un central. Pero ni por esas. El Valencia CF lleva intentando fichar un defensa desde que se lesionó Ezequiel Garay el pasado dos de febrero. Pero nada de nada.

Y no será porque no ha tenido futbolistas sobre la mesa, desde el portugués Diego Leite, al argentino Germán Pezzella pasando por Rugani, Murillo y Andersen. A ninguna operación le dio el visto bueno Peter Lim. Y es que todas llegaron a ser mucho más factibles que meses atrás porque salvo algunas excepciones, este mercado ha estado marcado por el coronavirus y ha habido mucho futbolista y poco dinero, pero ni esas. Leite pasó de valer quince millones a que se pudiera hacer con una cesión para comprarlo la temporada que viene, lo mismo Pezzella.

La premisa de Lim fue taxativa: solo cesiones, y se negó a poner opciones de compra futuras y sobre todo, a pagar por la cesión de un jugador. Cero fichajes.