El Valencia se ha quedado por primera vez en el último cuarto de siglo sin asignar a ningún jugador del equipo el dorsal “10”, el número más emblemático de la historia del fútbol, que en los últimos años lució Dani Parejo y que a nivel mundial ha sido propiedad de hombres como Pelé, Diego Maradona, Leo Messi, el portugués Eusebio, el francés Platini y el argentino y valencianista Mario Kempes. La ausencia del «10» en el club de Mestalla ha motivado más de una suspicacia entre los que opinan que ningún compañero ha querido heredar el dorsal del que ha sido capitán del Valencia, Dani Parejo, en los últimos años y que lo ha llevado desde 2014, y los que consideran que el club ha optado por que ese número quedara fuera de uso, al menos de momento.

Lo cierto es que el número más mediático del fútbol, que apenas tiene precedentes de renuncias en la Liga española desde la implantación de los dorsales fijos en 1995, siempre había sido utilizado en el equipo valenciano.

Cuando se implantó, al principio de la campaña 1995-1996, la norma del mantenimiento de la numeración a lo largo de la temporada, este dorsal permaneció en poder del futbolista que lo usaba habitualmente hasta entonces: Fernando Gómez, quien lo mantuvo las tres campañas que permaneció en el club a partir de ese momento, hasta el final de la 97-98. Tras una campaña, la 98-99, en la que le correspondió al sueco Stefan Schwarz, que lolo militó ese año en el club de Mestalla, el 10 fue para Miguel Ángel Angulo, quien lo lució durante diez campañas consecutivas, lo que le ha convertido en el valencianista que más años lo ha utilizado.

Pese a ello, Angulo no era un «diez» en el sentido propio del lenguaje futbolístico, pero jugó en esa posición y también en casi todas las que se pueden ocupar en el campo, desde el lateral derecho al extremo izquierda,sin olvidar el centro del campo, la media punta o la posición de ariete.

A continuación, Juan Mata durante dos temporadas y el argentino Éver Banega durante tres llevaron ese número hasta que lo ocupó Daniel Parejo en 2014 después de haber jugado en su primera etapa en Mestalla con el «21». Aunque el valor posicional y jerárquico de la numeración ha perdido entidad en el fútbol desde que se juegan con dorsales fijos y desde que algunas ligas permiten la numeración hasta el «99», el «10» casi siempre ha mantenido la aureola de corresponder al jugador de más calidad, entidad o peso específico de las plantillas.