Unai Emery conoce bien a Javi Gracia. Por eso, espera un Valencia bien organizado, competitivo pese a las turbulencias, preparado en la estrategia. Emery domina València y el Villarreal no tiene tantos secretos para Gracia, que estuvo en la casa grogueta como futbolista y como entrenador. Los dos técnicos mantuvieron una buena relación durante su etapa en la Premier League y coincidieron en el vestuario de la Real Sociedad, una temporada (1995/96). Los dos son conscientes de que este partido tiene una trascendencia enorme.

Unai Emery es consciente de la responsabilidad que tiene. El Villarreal ha apostado muy fuerte por él y por el proyecto. Todo lo que no sea estar en Europa será un golpe muy duro. El club no está acostumbrado a semejantes expectativas, pero esa es la realidad que han buscado. El cambio en el banquillo y la inversión apuntan hacia el top-4, hacia la Champions. Es el tren del Sevilla con uno de los técnicos esenciales para entender la dimensión del Sevilla actual. La presión puede pesar, pero es un factor con el que han convivido la mayor parte de sus futbolistas: Raúl Albiol, Iborra, Parejo, Coquelin o Paco Alcácer conocen la sensación. Asenjo, Trigueros, Jaume Costa, Bacca, Moi Gómez o Gerard Moreno tienen una trayectoria importante ya. Unai es la última garantía, viene de Sevilla, París-SG y Arsenal. Todo clubes tremendos, terribles en exigencia. Es un líder en madurez y va a manejarse en un escenario ideal para encontrar su mejor versión.

La diferencia entre Villarreal y Valencia duele a la vista, en fondo y forma. Unai lo subrayó en una entrevista reciente en El Periódico Mediterráneo, habló de sentimiento, de pertenencia. No es fácil decir lo que dijo de PSG o Arsenal: «El Villarreal no tiene nada que envidiarles en ejecución». Su ataque de romanticismo fue un cuchillo a la yugular de Meriton.

En la rueda de prensa previa, Unai siguió jugando su partido. Habló de la importancia de la baja de Gerard, restó valor al caso Kondogbia y enunció el coste de Gabriel, Diakhaby, Maxi o Guedes; insistió en el potencial de la plantilla de Gracia, «con jugadores como Racic», en el compromiso de Jaume, Gayà o Soler. Recalcó que la brecha en la clasificación no es tanta (un punto) y quiso compartir ese factor presión; echó mano de ese argumento tan manido de que el Valencia es más peligroso herido. «Gracia es un buen técnico, espero un equipo ordenado, sacrificado, peligroso a la contra como ante la Real, peligroso a balón parado. Ese es el VCF que espero y al que le tengo mucho respeto», aseguraba un técnico que no duda en reincidir en la visita a tierras donostiarras como un escenario a evitar. «La victoria 0-1 ante la Real Sociedad advierte el tipo de rival al que nos vamos a enfrentar», reforzó Unai. El discurso groguet es que el Valencia tiene plantilla para pelear por Europa League.

Es el momento de Javi Gracia. Empezando por la sala de prensa. Tras plantear su salida, tiene un más difícil todavía: trasladar serenidad, tensión competitiva y convicción. Tiene trabajo y varios frentes, uno es reconducir la situación de Kondogbia, una apuesta 100% suya. Momento de entrenador.

La pérdida de Españeta sigue dejando muestras de cariño por parte del valencianismo, algunas casi tan cercanas a Mestalla como el lugar que ocupaba el carismático utillero. Ayer, frente al mural ilustrado con la imagen de Bernardo España ubicado a escasos metros del templo valencianista, la sobrina de la leyenda, Ruth y el hijo de esta, Luca, eran los que apreciaban, conmovidos, este bonito homenaje que quedará para la historia del Valencia CF.