Es algo ya prácticamente habitual desde que se hizo cargo del banquillo del Valencia Basket. Hablamos de las dudas al inicio de cada temporada con Jaume Ponsarnau por parte de un sector del entorno taronja. Algo que se está repitiendo de nuevo en las últimas semanas y que el técnico asume con una lógica naturalidad en un momento en el que ni los resultados ni el juego del equipo son los esperados. 

«Es lo que toca y asumo que mi trabajo no le guste a todo el mundo, pero también he de ser persistente y perseverar en que mi equipo haga las cosas que quiero que haga», asegura ante las críticas. Y es que, para el de Tàrrega, «uno de mis valores como entrenador profesional, y por eso sigo siendo entrenador profesional, es que quiero proteger a mis jugadores. Quiero proteger al equipo y eso pasa porque muchas veces tienes que asumir responsabilidades de todo», confesó en una entrevista a Levante TV. «Sé a lo que me dedico, sé cuál es mi trabajo, sé lo que supone ser entrenador profesional y me encanta ser entrenador. En este sentido lo que pienso siempre es en todas las cosas positivas que comporta ser entrenador, asumiendo que hay cosas negativas que he de gestionar», subrayó.

Donde no hay ninguna duda es en la confianza que se le transmite desde el club pese a reconocer que «evidentemente hay una preocupación a las cosas que no están saliendo bien, pero también una intención de identificar las cosas que sí están saliendo bien. Entre todos tenemos que buscar el equilibrio entra la paciencia y la exigencia porque al final vivimos de los resultados, pero sabemos que vamos a obtener los mejores resultados creciendo. Y a veces para crecer necesitas invertir». Cuando habla precisamente de «invertir» se refiere a que en el último mes el equipo «no ha podido crecer porque nos ha interesado más integrar a los jugadores que no estuvieron. Quizá el no crecer nos ha hecho un poco previsibles. Y eso lo estamos pagando. No hemos crecido en táctica ni recursos porque estábamos integrando jugadores, y eso también es una inversión».

Es por ello que, al igual que sucedió en el pasado, pone en valor que «lo bueno es que los resultados siempre han acabado saliendo. Esta es una de las cosas que tampoco se pueden perder de vista, mirar al pasado para ver que los procesos sirven para obtener los mejores resultados posibles». En este sentido, su mensaje de cara a la temporada no puede ser más ambicioso y optimista. «Creo que podemos llegar muy lejos. De la misma manera que hemos tenido la decepción de perder partidos contra Unicaja o Barça y hemos tenido la ambición de lamentarnos de estas derrotas en partidos que no nos salieron bien las cosas y perdimos al final, también un buen ejemplo de las cosas a las que aspiramos fue el partido ante el Real Madrid. Encontramos un juego coral, colectivo, que nos permitió ser más competitivos que ellos», destacó Ponsarnau, para el que al final se trata de «ir cuadrando cosas, haciendo que encajen todas, las piezas para ser consistentes y mantener un buen nivel. Hay que ser también fuertes mentalmente para que, a pesar de encontrarnos tanta oposición, desde los detalles, la concentración y un esfuerzo que es innegociable, encontremos la forma de competir en estos partidos y los ganemos».

Ese mensaje positivo, por otra parte, no le impide ser autocrítico y reconocer que hasta el momento no está «muy satisfecho con el juego ni los resultados porque, realmente, la competición nos ha dado mucha más información de la que nos dio la pretemporada. Hablamos a nivel de cosas que mejorar, de cosas en las que estábamos mal. En la pretemporada nunca tuvimos que ir a contracorriente, si tuvimos momentos de partido que tuvimos que sortear pero a partir de la defensa teníamos fluidez y cosas que en ese momento nos hacían competitivos» a pesar de que había un problema de fondo. 

Un problema que tiene que ver con el hecho de que «tenemos tres jugadores nuevos en la Liga Endesa, casi cuatro, o casi cinco porque Pradilla o Puerto al final han jugado muy poco en ACB. Concienciar de esto, de que el viernes hay que darlo todo y volver a jugar el domingo es una dificultad en la que quieras o no las mentalidades influyen. Pero esta es nuestra realidad y tenemos que aprender a vivir con ella. Aún no sabemos pero aprenderemos».