Nueva derrota del Levante que enciende la luz de alarma pese a estar todavía en la jornada 6. En esta ocasión no fue bueno el resultado, pero tampoco fueron buenas las sensaciones ante el Athletic Club. Urge mejorar sumando puntos porque, aunque este era un escenario posible y que se contemplaba, también es muy peligroso.

En un partido con una buena dosis de carga emotiva por la ausencia de Aitor y el homenaje en los prolegómenos en memoria de su padre recientemente fallecido, el Levante hizo un primer acto más que discreto. Guiado por un Campaña no excesivamente tenso y a quien no parecieron sentarle excesivamente bien ni su internacionalidad ni el hecho de haber regresado al eje junto a Malsa, precisamente el francés fue de lo más activo. Si a eso le añades que el parisino sacó bien prontito bajo palos un remate de Muniain que se colaba ya, quizás se pueda afirmar que la ‘Pantera’ fue de lo menos malo de un conjunto granota que lo más parecido que ha tenido a una ocasión en esa primera entrega ha sido un golpe franco lateral botado por el mencionado Campaña con intención, pero que ni tan siquiera llegó a encontrar rematador. Se llevaba ya casi media hora de partido y hasta entonces, apenas nada.

Fue un primer acto con puntitos de tedio en el que por contra el mayor susto para los de Paco López fue una acción en la que Alberola Rojas sancionó un penalti presuntamente cometido por Miramón, que sufrió a la espalda y por dentro, sobre Balenziaga. Por fortuna el VAR evidenció que el lateral azulgrana tocó levemente y con la punta de la bota la pelota, y eso hizo cambiar de opinión al autoritario trencilla para salvar a los levantinistas en una primera parte en la que Unai Simón fue casi un espectador.

Ese fue el contexto con el que se afrontó la segunda mitad, en la que los granotas empezaron dando un pasito más atrás ante la presión rojiblanca, que iba aumentando poco a poco a medida que los leones forzaban saques de esquina en los que, para colmo, conseguían hacer un dos contra uno con aparente facilidad para complicarle la vida al conjunto de un Paco López que, al igual que sus hombres, no conseguía contener la embestida.

El Athletic Club avisó con un peligrosísimo remate de Raúl García estrellado en la cruceta y más tarde golpeó en el minuto 68 en una acción en la que el propio Raúl García le ganó en el salto a Melero, Berenguer a su vez también le ganó la posición a Postigo y Koke no acertó a taponar un disparo mordido que se acabó alojando en el fondo de las mallas casi llorando. Concatenación de errores.

Esa acción, si la hubiese analizado algún psicólogo, habría dicho que ha sido el ‘desencadenante’ de la debacle porque poco después le fue anulado otro tanto al Athletic Club por un ajustado fuera de juego y tras un error vulgarote en un despeje de Clerc.

El Levante hasta ese momento en ataque únicamente había ofrecido un intento un tanto utópico de remate de chilena de Miramón y una volea fallida de Bardhi que precedió al 2-0 de Williams en el que el mencionado Miramón fue desbordado por banda izquierda del ataque rojiblanco y Koke finalmente se quedó con el molde a la hora de intentar atajar el centro. El meta, titular por la ausencia de Aitor, no brilló a excepción de un mano a mano posterior en el que le ha ganado al propio Williams cuando este le encaraba en una ocasión muy clara para ampliar ventaja.

A partir de ahí ni los cambios anteriores ni los posteriores sirivieron para variar el rumbo de un partido que bien haría en poner las orejas de los de Orriols en punta porque es el tercero consecutivo perdiendo y sin marcar.

Es cierto que el calendario ha sido complicado, que en el club sabían que podía pasar y están preparados para afrontarlo, y que la desgraciada circunstancia de Aitor no ha ayudado, pero no lo es menos que la próxima semana ante el Celta ya hay declarada urgencia.