Están ustedes, los treinteañeros, muy de moda: LeBron James, Lewis Hamilton, Robert Lewandowski...

Yo creo que es un tema de modas y, ahora, esas modas han cambiado. Antes, cuando llegabas a los 29, ya eras viejo y ya te tenías que retirar. Pero, en la última década, ha habido una serie de deportistas que han alargado triunfalmente sus carreras y han abierto los ojos a los demás. Ya todos creemos que hay vida más allá de los 30 y si uno hace las cosas bien puede seguir siendo competitivo a esa edad. Además, hay más medios y experiencia para prevenir y curar las lesiones. De todos modos, también hay un tema muy personal de cada uno de nosotros y es que te guste, que te apasione, que te divierta lo que haces, que sientas lo que haces. Sin ese amor por el deporte que practicas, es imposible alargar tu carrera.

Es decir, que su retirada está aún muy lejos.

No soy capaz de adivinar cuándo me retiraré. Quién sabe, igual en un año. No sé lo que nos deparará la vida, quizás pasarán cosas que me quitarán la ilusión por lo que estoy haciendo. Sí tengo claro que, cuando llegué, lo sentiré, lo sabré, me daré cuenta.

¿Dejar de ganar sería un motivo para retirarse?

Ganar es una parte importante del deporte, forma parte de su esencia, pero yo no hablaría tanto de la necesidad de ganar, que existe. Yo hablaría de ser competitivo. Ganar es una energía positiva que te ayuda a seguir, eso es indudable.

Es posible que la vida tan familiar que lleva en su querido Manacor sea, también, parte de esa buena predisposición a seguir.

Cuando uno vive una vida normal, corriente, estable, es más fácil que, a nivel emocional, esa estabilidad te ayuda en la pista. El deporte no se puede separar de la vida. Si yo me hubiese ido a vivir al otro lado del mundo, separado de mi familia, amigos y mis seres queridos, hubiese sufrido y arrastrado ese desgaste emocional en la pista. El hecho de no haberme separado de mi ambiente de siempre, desde niño, me ha ayudado a tener una carrera más longeva. Yo he hecho todo lo que han hecho mis amigos, playa, fiestas, deporte, pero menos veces, claro. Esa estabilidad emocional, esa vida cotidiana normal, sencilla, también me ha ayudado a mantener los pies en el suelo.

Sé que se lo han preguntado muchas veces, pero ¿cómo le gustaría que le recordase tras retirarse?

Para mí, ¡de lejos!, es más importante el tema personal, que el profesional. Siempre digo que me gustaría que se me recordasen como una buena persona, buena gente, mucho más que como campeón o cualquier otra cosa. Porque, al final, las victorias, los títulos, son momentos de felicidad, de euforia, de adrenalina, de éxito, pero todo eso es pasajero y eso lo he tenido muy claro siempre; el éxito y el interés que tú generas en la gente, en las empresas, es algo pasajero. Ese interés es por lo que hago, no por lo que soy. Lo importante es que la gente que te conoce tenga una opinión positiva de ti, la imagen que se traslada al mundo puede ser fabricada. No soy nada de discutir. La vida ya te proporciona problemas lo suficientemente gordos como para convertir nuestros problemillas en problemas enormes.

Por cierto, ¿cree que estamos a punto de ver el declive de Leo Messi?

Pero ¡qué dices! Messi en declive, qué va, qué va, aún no está como acostumbra a estar, tal vez ha tenido épocas mejores, pero sigue siendo el mejor jugador del mundo. El fútbol, como todo en este momento, ha perdido un poquito de interés.

«Los españoles no saben lo buenos que son». Lo dice el director ejecutivo de Renault. Estoy convencido de que usted comparte, plenamente, esa elogiosa sentencia sobre los españoles.

No sé si es exactamente así, lo que sí sé es que solemos generar más crispación que nadie. Aunque, la verdad, la situación actual no ayuda, pues es muy dura y complicada para todos, desagradable, triste y nos ha cambiado la vida de forma muy negativa, ojalá regresemos cuanto antes a un paisaje alegre y positivo en todos los sentidos. Yo creo que tenemos un país fantástico y que los españoles somos muy agradables, sociables y educados.

¿Lo dice por experiencia, pues usted viaja mucho.

Mira, tú te metes en un ascensor en muchos países del mundo, no diré cuáles, no diré nombres, ni hace falta, y das los buenos días y no te contesta ¡nadie! Aquí, en España, en cualquier rincón de España, eso no ocurre. Somos, de verdad, unos afortunados.

Pero… le veo con intención de añadir un ‘pero’.

Pero, a día de hoy, sin que sea una crítica muy airada, de verdad, pienso que la televisión se está radicalizando y la clase política está dividiendo, de alguna manera, a la sociedad con tanta pelea, discusión, crispación y, sobre todo, con tan poco diálogo, entendimiento y acuerdos. Nos dividen y es una verdadera pena, porque insisto en que somos un país fantástico.

¿Se siente favorito en la pista? ¿Más cuando le gana 6-0 a Djokovic el primer set?

En ese instante, aún menos porque le diré una cosa: la forma que tiene el tenis de contar es muy traicionera, mucho. Tras ese 6-0, muchos pensaron que estaba apalizando a Novak, nada más lejos de la realidad. No puedes seguir jugando creyendo que le has dado una paliza. Y, a veces, cuando es al revés, cuando el que pierdo soy yo, sea por el resultado que sea, pienso igual y empiezo el siguiente set pensando que el partido empieza de nuevo. Lo más importante cuando estás en la pista es no dejar de darte oportunidades a ti mismo.

¿Le gusta que todo el mundo le considere un modelo, que todas las madres quisieran tener un hijo o un yerno como usted?

No es algo que me preocupe mucho. Yo creo que todos los que somos populares, que salimos en televisión, por decir algo, debemos ser muy responsables, pues hay mucha gente en la que puedes influir, para bien y para mal y, por tanto, debemos cuidar nuestro comportamiento, nuestras palabras. Yo trato de actuar con naturalidad, uno no puede ser un producto de marketing, si lo eres, en algún momento, surge algo negativo que destruye ese disfraz. Yo no podría comportarme en la pista como me comporto si mi actitud fuese prefabricada, si fuese una pose estudiada, en algún momento se descubriría que no soy así. Trato, insisto, de ser natural. No pretendo gustar a todo el mundo. Es más, creo que eso es imposible. Trato de ser correcto con todo el mundo, educado y, sobre todo, agradecer a la vida las cosas positivas y buenas que me ocurren. Es algo que tengo presente cada día.

Su amigo del alma, Pau Gasol, acaba de ser padre, ¿no sé anima?

Ni me anima ni me deja de animar, nosotros tenemos clara nuestra hoja de ruta y, cuando venga, vendrá. ¿Si me gustaría tener un hijo tenista?, no creo que sea un tema de papá, eso es muy, muy, difícil y ser deportista profesional, también. Sí me gustaría que, si tengo hijos, crecieran con los valores que el deporte aporta, pues es un ambiente muy positivo, pero de ahí a que salgan tenistas es muy complicado, ¡y yo que sé!