Roglic no perdona en la Vuelta y recupera el líderato

Primoz Roglic es voraz. Y hasta se le ve mucho más feliz en esta Vuelta que en la del año pasado que ganó. Es como si el golpe moral que le supuso perder el Tour en el último suspiro ante Tadej Pogacar le haya cambiado el carácter. Lejos de hundirse, el nuevo Roglic es mucho mejor corredor, mucho más simpático y hasta mucho más libre. Es como si le importara más su fortaleza que la potencia de un equipo que es similar al que llevó y puso el cerrojo a la ronda francesa. Aquí se siente mucho más libre y no hace otra cosa que ganar, lleva ya tres victorias, y encima vuelve a ser el líder de la carrera.

A 1.800 metros de la llegada a Suances, en la Cantabria marítima, había una curva terrible, en bajada, tan peligrosa que si no llega a estar ahí un guardia civil quedándose sin pulmones y destrozando el silbato para avisar del peligro, posiblemente los corredores que frenaron casi hasta parar las bicis podían haber acabado con los huesos por el suelo.

Roglic sabía como todos que pasada esa curva tan peligrosa comenzaba un repecho, una calle empinada, no muy lejos de la playa, que lo podía recompensar con muchas cosas, muchas más de las que tenía antes de empezar una etapa que recorrió una Cantabria, como tantas otras comunidades, cerrada perimetralmente pero donde las bicicletas de los corredores de la Vuelta daban un sentido de libertad, casi como si nunca hubiese habido una pandemia mezquina.

La noche anterior, antes de acostarse, buscó en Youtube el vídeo de la Vuelta 2008, que llegó al mismo lugar después de salir de Burgos, en un día de perros donde Alejandro Valverde, el único superviviente de aquella ronda española, se lió con un chubasquero para apartarse de la lucha por la victoria que consiguió Alberto Contador.

Vio y comprobó que si se impulsaba con fuerza tras la supuesta curva maldita, si volvía a hacer un cambio de ritmo irresistible para el resto de contrincantes podía ganar la etapa y hasta conseguir tres segundos de magia que le sirvieron, aunque empatado a tiempo, para recuperar el jersey rojo que llevaba y quiere seguir haciéndolo tras salir de Asturias, Richard Carapaz.