El Levante empató en el Nuevo Los Cármenes y aunque la necesidad por sumar de tres en tres es importante, la realidad es que el equipo dio la cara, fue superior —ante un equipo con diez desde el minuto 15— e hizo todo lo posible por salir de Granada con la victoria en el bolsillo. Al contrario de lo que había pasado en Bilbao, el último choque fuera de casa, el cuadro dirigido por Paco López sí mostró ese gen competitivo y reaccionó bien a ese mal arranque con gol de Darwin Machís incluido. El empate debe ser el punto de inflexión y esa cuerda a la que agarrarse cuando aparecían las dudas. Y debe rematarse con el triunfo contra el Alavés en el Ciutat de València.

El partido del Nuevo Los Cármenes estuvo condicionado por la expulsión de Gonalons. Eso es cierto. Pero también es evidente que el Levante fue capaz de agobiar y acosar al Granada e impedir que, una vez abiertos, el cuadro nazarí generase peligro a la contra. Es más, en toda la segunda parte el equipo rival apenas realizó dos disparos, fuera de los tres palos. Y uno de ellos fue el de Luis Suárez desde el centro del campo para coger por sorpresa a Aitor Fernández, aunque su golpeo, ya en el descuento, se marchó a saque de banda.

En ataque, el análisis tiene matices. El equipo lo intentó de todas las maneras posibles y disparó un total de 19 ocasiones. Solo cuatro de ellas entre los tres palos. El gol de Vezo fue el único que terminó besando la red de la meta defendida por Rui Silva, pero el portugués salvó en varias ocasiones a los de Diego Martínez. La más clara por medio de Roger, que en el segundo tiempo, tras zafarse de varios defensas, disparó dentro del área y cuando todo el mundo cantaba gol el luso paró el cuero y lo envió a córner. En otras ocasiones, la figura de Bardhi fue esencial. El macedonio, impreciso en el remate, fue una de las armas del cuadro de Paco López. Constantemente buscando el remate, aunque sin suerte. En el primer tiempo, el ‘10’, tras un control sensacional, acabó enviando el esférico a las nubes y en el segundo tiempo encontró hasta dos veces la frontal del área totalmente vacía pero sus disparos fueron excesivamente centrados.

Una de las situaciones que más mérito tiene del encuentro contra el Granada es la capacidad de hundir el campo hacia el área del equipo de Diego Martínez. En concreto, el choque se disputó un 42,8 por cien en el último tercio, un 41,6 en el centro y un 15,6 en zona defensiva granota. Lo mejor es ver cómo tras pérdida, el Granada no enlazó alguna contra con dos o tres jugadores combinando que pusieran el balón en el área de Aitor Fernández. Y buena parte de culpa la tienen Postigo y sobre todo Rúben Vezo. Ambos estuvieron a un gran nivel y se convirtieron prácticamente en centrocampistas. Con 54 y 62 pases respectivamente ambos ocupan el primer y tercer puesto de pases realizados y es que su posición media está en el círculo central. Y es que, a pesar del hombre menos, lo cierto es que la defensa y los jugadores del centro del campo del equipo rival no lograron en ningún momento encontrar espacios en pasillos centrales, ni en las bandas.