Dice Paco Casares, ‘Campanero’, director de arbitraje de la Confederación Internacional de Juego de Pelota (CIJB), que un árbitro debe «saber llevar un partido desde la posición de calma que se le supone». Se trata de «preparar al tipo de persona», añade Casares, que apunta a árbitros «con ciertas cualidades». Tales como «calma, seriedad, hacer las cosas bien hechas, con valores, que sea respetado en sus modalidades habituales donde arbitre, para pasar a árbitros internacionales». Ese es el objetivo del I Curso Internacional Online de Arbitraje de pelota a mano que organiza la CIJB.

De momento, con apenas unos días desde que se abriera el plazo de inscripción (se puede hacer a través de la web de la CIJB) hay más de una veintena de árbitros interesados, de Europa, pero también y especialmente de Sudamérica y países como México, Colombia o Argentina. «La idea es coger árbitros de todas las delegaciones, porque cada federación tiene, pero la idea es coger árbitros con cierta cualidades», afirma Casares, que se vinculó al arbitraje hace diez años y que impartirá la clase el próximo 11 de diciembre, vía telemática.

La evolución

El mundo del arbitraje en la pelota a mano lleva el camino de la misma pelota a mano: va sumando con los años. De hecho, este curso de arbitraje es el primero que se da en este sentido, un pionero. «Antes no se ha hecho ningún curso, sino que se hacían reuniones previas a las competiciones con los árbitros donde se daban las bases del arbitraje internacional». Pese a ello, el nivel del arbitraje en este deporte es «altísimo», reconoce Casares, «porque cada Federación envía a las personas que considera más adecuadas, y todas, la que sea, ya sea por ejemplo de Bélgica o Colombia, la que sea, tiene una bolsa de árbitros con gente ya muy contrastada en su país, que ayudan mucho en el internacional».

Por ello, el director de arbitraje de la CIJB considera que son personas «que necesitan, simplemente, un reciclaje». Además, porque, según apunta, «al final no hay grandes diferencias, sino pequeñas modificaciones que hay que adaptarlas a todos, como en llargues o en el juego internacional».

La sesión contará con una parte teórica y un test final para los asistentes. Reconoce Casares, eso sí, que un curso como este ganaría con presencialidad: «La situación ideal sería un fin de semana que tuviera una parte más teórica con más tiempo a cada modalidad, porque hay variantes y estilos, y luego una parte más de normativa pura y dura, y después tener una parte práctica en una cancha, trabajando la ubicación correcta, cuántos árbitros hay, porque no es lo mismo un árbitro principal, uno de línea, uno de mesa…». Pero son los tiempos que corren, en los que hay dos factores que obligan a hacer un curso así de manera online: la globalización y la pandemia. De momento.