El FC Barcelona certificó su presencia en los octavos de final de la Liga de Campeones tras derrotar al Dinamo de Kiev (en la cuarta jornada de la fase de grupos gracias a los goles de Serginho Dest, Martin Braithwaite y Antoine Griezmann, suficientes para que el «plan B» de Koeman diera sus frutos ante la plaga de lesiones que azota al conjunto culé.

No estaba Messi, ni De Jong, ambos descansando, tampoco los lesionados Piqué, Busquets, Ansu Fati, Sergi Roberto... una larga lista a la que supo sobreponerse un Barça venido a más en la segunda mitad. La primera parte fue mala, con un equipo demasiado estático y con la primera ocasión al borde de la media hora. Apareció Ter Stegen, algo habitual en las últimas fechas, pero el Barça salvó el orgullo y el empate sin goles al descanso.

Koeman tuvo que apretar las tuercas en su charla al descanso porque el Barcelona salió con una actitud diferente y porque -a los siete minutos- encontró el gol. Luego, fue coser y cantar.