Solo desde la tanda de penaltis final, tras un duelo igualado que acabó con empate a un tanto por el gol en propia puerta de Glauder y la igualada repleta de calidad de Borja Garcés, el Levante pudo superar la ilusión y la garra de un Segunda como el Fuenlabrada que acarició la proeza.

Demostró el Fuenlabrada que es un club en continuo crecimiento, capaz de plantar cara en todo momento a un equipo de la elite como el Levante y demostrar superioridad en fases del partido para acabar llevando el duelo a la lotería de los penaltis. Lejos de su casa, un estadio Fernando Torres cubierto por tanta nieve, que obligó a desplazar el partido a La Ciudad del Fútbol de Las Rozas.

Los dos eran extraños en un campo neutral pero fue el Fuenlabrada el que mejor se adaptó a los condicionantes, el intenso frío, el campo duro y la nieve que hacía imposible recuperar cualquier balón que saliese del terreno de juego. Desde el inicio mostró sus intenciones el equipo de Sandoval, con los movimientos de Kanté en punta y la pelea incansable de Iban Salvador. Dejaron los primeros avisos a Cárdenas, titular en la portería del Levante.

Sin embargo se notó la contundencia del equipo de Primera. En cuanto adelantó líneas y dominó unos minutos, encontró premio. Le llegó tras un centro de Morales, en un reencuentro inesperado ante el equipo en el que dio sus primeros pasos. El envío al corazón del área encontró la ayuda involuntaria de Glauder. Al intentar evitar el remate de un rival despejó dentro de su propia portería a los 19 minutos.

Nada frenó la ilusión del Fuenlabrada. Ni el marcador en contra, ni el tanto anulado a su capitán Juanma, tras un saque de esquina al interpretar el colegiado que tocó al portero rival en el área chica. El encuentro fue una búsqueda continua del gol del conjunto madrileño ante un Levante que especuló en exceso.

Solo de un error en salida de balón de Juanma, que él mismo corrigió lanzándose al disparo de Dani Gómez para evitar la sentencia, generó algo de peligro arriba el conjunto de Primera. El empuje fue del Fuenlabrada, que acabó en asedio el primer acto con centros de Álex Mula y Pol Valentín desbordando por bandas, e insistió hasta conseguir el objetivo en la segunda.

Lo firmó con clase, con un taconazo magistral de Óscar Pinchi, de espaldas al desmarque de Borja Garcés, que tardaba ocho minutos en marcar en el día de su debut. Había sido un espectador Pol Freixanet hasta que el Levante sintió el peligro. Fue cuando tuvo que responder a remate de Melero en la ocasión más clara, libre de marca y con todo para marcar un saque de esquina al segundo palo.

Pudo caer de cualquier lado el duelo pero faltó puntería a ambos equipos y se fue a la prórroga. El desgaste del Fuenlabrada pasó factura y sus intentos quedaron limitados al balón parado siempre peligroso de Iribas. El Levante se adueñó del partido y con la entrada de Roger Martí hizo méritos para evitar la tanda de penaltis. Sergio León, máximo goleador de la Copa, lo acarició en dos ocasiones pero el modesto logró jugarse todo en la tanda donde salió derrotado por los errores en el lanzamiento de Borja Garcés y Cristóbal sumados al pleno de acierto levantinista para sellar el pase a octavos de final.