Novena victoria consecutiva para el Valencia Basket en la Liga Endesa con destinatario y dedicatoria muy especial. Ese no era otro que el técnico Miki Vukovic, fallecido este viernes a los 76 años de edad, y que todos en el club tenían en mente desde el emotivo minuto de silencio que se guardó durante los prolegómenos del choque en Burgos. Tal vez por este motivo arrancó ya bien el partido para el Valencia Basket con un Derrick Williams muy inspirado. La producción del norteamericano, muy activo en este tramo del encuentro, permitió a los taronja marcar ya el ritmo en los primeros compases y abrir una pequeña renta (9-15; min. 6).

A Joan Peñarroya no le gustaba nada lo que estaba viendo y, visiblemente disgustado, decidió comenzar a mover el banquillo. Llegaba entonces una segunda falta de Kravic que le mandaba directamente al banquillo, al igual que a Tobey a la pista en un movimiento estratégico de Ponsarnau.

Esto, sin embargo, no se tradujo en la ampliación de esa ventaja. Es más, dos triples de McFadden pondrían las tablas poco después (17-17; min. 9). Aún así, era el Valencia Basket el que transmitía mejores sensaciones y eso le permitió acabar el cuarto por delante tras dos buenas acciones de Labeyrie y San Emeterio (18-23; min. 10). Los taronja seguían muy metidos, pero acusaban una serie de problemas que evitaban el depegue en el marcador. Uno era el control del rebote defensivo, que permitía segundas opciones a su rival, y otro muy sangrante los tiros libres (2/6 al descanso).

Gran parte de culpa la tuvieron Rivero y McFadden, quienes pusieron de nuevo el partido en un puño (32-34; min. 17). Ponsarnau, con buen criterio, optó por dar entrada a Van Rossom y San Emeterio por Vives y Hermannson. Bajo la batuta del belga el Valencia Basket volvió a coger algo de aire antes del descanso (35-40; min. 20). No le sentó bien, sin embargo, el paso por los vestuarios al conjunto taronja. A los problemas en el rebote se unió alguna pérdida y varios errores ofensivos que el San Pablo Burgos aprovechó para dar la vuelta al choque (43-42; min. 22).

Lo más preocupante, sin embargo, era que los porcentajes locales no eran buenos y, aún así, estaban por delante gracias a las concesiones del Valencia Basket. Una tendencia que se mantuvo hasta el final del cuarto y que Vives arregló con un triple sobre la bocina (60-62; min. 30). Esa acción fue un mazazo para el Burgo, errático desde el 6,75 y que vio como el partido se le iba precisamente desde la línea de tres puntos (60-71; min. 32). La dirección y clarividencia de Hermannsson dio un nuevo aire al partido, llevando la renta hasta una máxima de 13 puntos a 4 minutos el final (68-81; min. 36). Sería definitivo.