La selección española de balonmano cumplió con el guión y solventó con una contundente victoria el encuentro ante Uruguay, un plácido triunfo que permitió a los «Hispanos» dar un nuevo paso hacia los cuartos de final del Mundial de Egipto que los de Jordi Ribera no pudieron sellar matemáticamente por la tarde porque Hungría venció a Polonia.

«Es un partido para repartir minutos», señaló el técnico español en la previa del encuentro, consciente de la diferencia existente entre los «Hispanos», ganadores de los dos últimos Europeos, y el conjunto uruguayo, debutante en la fase final de un Mundial.

Un reparto de minutos que comenzó desde la propia convocatoria, tras la decisión del seleccionador español de dejar fuera de las lista al portero Gonzalo Pérez de Vargas y el capitán Raúl Entrerríos, dos de los jugadores que más minutos acumulaban en pista.

El partido en sí, apenas duró un par de minutos, en los que Uruguay, que accedió a esta segunda ronda gracias a la retirada de Cabo Verde, pudo presumir de empatar 2-2 con los dobles campeones de Europa.

Un espejismo de lo que ocurriría desde entonces hasta el final y que puede resumirse en una continua sucesión de goles del conjunto español, que hicieron crecer y crecer la ventaja hasta alcanzar una máxima de diecisiete tantos (17-34) a los quince minutos de la segunda mitad.

Goleada a la que contribuyeron decisivamente los extremos Aleix Gómez y Aitor Ariño, punta de lanza del contraataque español, que firmaron doce de los veinticuatro tantos con los que España concluyó la primera mitad (12-24).