Roger es un delantero magnífico. Ya se sabe pero lo reconfirma cada partido. Contra el Valladolid fue el principal responsable de amortiguar un partido flojo en el que el Levante estuvo a punto de manchar su trayectoria en el Ciutat. Al equipo de Paco López no le alcanzó para enlazar su quinta victoria seguida pero sí para sortear la primera derrota y al menos recuperar un punto. La abnegación del Pistolero, entre cuyas cualidades sigue destacando la de materializar sus ocasiones, evitó males mayores. El Valladolid no bajó el lomo y acabó yéndose con peor sabor de boca tras malograr una ventaja que se tuvo ganada a pulso. Al final fue un empate más convincente por las agallas de los granotas que por el juego en una noche que pasó de aburrida a entretenida, incluso demasiado. Mejor en versión reactiva frente a la adversidad, el Levante manifestó sus conocidas carencias, especialmente las que le condenan a encajar goles por un tubo, pero exhibió también sus virtudes. Las mejores, todas las que tienen que ver con la efectividad y su esplendor en ataque, un frente sobrado de talento en el que Roger brilla con luz propia pero no es el único que lo hace.

Alternativas

Como contra el Cádiz, fue un partido de alternativas y cuatro goles como consecuencia de un carrusel de aciertos y errores. Con todo muy igualado, los peores presagios volvieron a cumplirse cuando se había conseguido lo más difícil. Primero encontrar los pasillos interiores y después la portería. La lesión de De Frutos en la carrera del 1-0 dio paso a la remontada del Valladolid. Espoleado por la entrada de Hervías, los de Sergio pasaron de fallarlo todo a no perdonar ni una. Sin embargo, con un guión casi calcado al de la última jornada, volvió a ser Roger quien acudió al rescate. El delantero de Torrent desempolvó el manual del «nueve» para maniobrar en el área tras una jugada por la derecha, el costado que alumbró los dos goles. Participó en ambos.

Además de marcar el segundo, su inteligencia para caer a banda y sacar de su zona al central también fue clave en el primero. Reconfirmándose como una versión mejorada de Borja Mayoral, el ya máximo artillero en solitario del equipo alisó la pista de despegue para otro jugador que continúa en estado de gracia. Buenas noticias ofensivas para un equipo con efectividad goleadora.

Fichajes

El inoportuno resbalón de Luis Pérez permitió el remate de Dani Gómez a la red en una jugada para enmarcar con la firma de De Frutos, un descubrimiento que igual tira un caño que se va por piernas. El extremo vapuleó al exgranota Bruno en la carrera y pisó área con el suficiente oxígeno para que no se le nublaran las ideas. Fue una lástima que en esa jugada explosiva se lesionara el músculo. Tampoco resultó extraño, en perspectiva, que no perdiera ni un segundo en aparecer en escena. Cuando Nacho lo tumbó en el amanecer del partido se dieron por supuestas dos cosas. La primera que entraría el VAR porque apestaba a penalti y la segunda que el Levante continuaría percutiendo sobre Masip. Sin embargo, no ocurrió ni una ni la otra. Por más que no fuese el primero en pisar el área, el Valladolid se espabiló rápido y replicó con bocados casi letales. Los más afilados fueron siempre los de Orellana, incisivo a la hora de colar el balón por cualquier rendija. Un doble remate con el descanso encima exigió una parada de Aitor a córner, aunque ninguna oportunidad fue tan clara como la que había fallado Alcaraz. Para suerte del Levante, el blanquivioleta se equivocó con la superficie de golpeo.