La Copa en Sevilla es sagrada

La Copa en Sevilla es sagrada

La eliminatoria de octavos de final de la Copa del Rey contra el Sevilla no llega en un buen momento para el Valencia. Al equipo de Javi Gracia se le está haciendo larga la cuesta de enero. La plantilla no está preparada para la exigencia que supone competir cada tres días al máximo nivel. Los jugadores llegan al Sánchez Pizjuán al límite, con la necesidad urgente de rotaciones para evitar más lesiones (Mouctar Diakhaby y Thierry Correia en el Wanda) y con un ojo y medio mirando a la ‘final’ del sábado contra el Elche en la que solo vale ganar. Las piernas pesan cada vez más, la presión en Laliga comienza a ser asfixiante, pero la Copa nunca estorba. Sería pecado tirarla. Y más en un club como el Valencia al que tantas alegrías le ha dado en su historia reciente. Y más si el rival es el Sevilla y el escenario es una ciudad, tierra santa para el valenciancismo, donde se conquistó la Copa de 1999, se ganó la Liga del Doblete de 2004 y donde se levantó la Copa del Centenario de 2019. Por muy crítica que sea la situación del equipo por la gestión deportiva de Meriton, por mucho que asuste la clasificación y por muy debilitado que esté el once de Gracia esta tarde en Nervión, la Copa merece un esfuerzo. La Copa en Sevilla es sagrada.

Por la cabeza del entrenador no pasa tirar la Copa para centrarse única y exclusivamente en el Elche. «La Copa no me molesta, en absoluto», negaba Gracia. El navarro, eso sí, anuncia rotaciones obligadas en la alineación. Cree que es la mejor y única opción para afrontar con garantías los dos partidos a vida o muerte de esta semana. «Vamos a hacer alguna rotación y algún jugador de los habituales descansará. Sin embargo, eso no va a ser sinónimo de no darle importancia a la competición. En la Copa del Rey también hemos alternado algunos jugadores y hasta ahora nos ha ido bien. No veo una relación directa entre rotaciones necesarias para no afrontar con garantías ambas competiciones», explicaba. La Copa abrirá la puerta de nuevo a futbolistas que ya han tenido protagonismo en rondas anteriores como Cristian Rivero, Toni Lato, Hugo Guillamón, Gonçalo Guedes o Manu Vallejo. También se espera la presencia de un Daniel Wass sancionado ante el Atlético que llega fresco. Gracia tendrá que medir mucho sus decisiones. Salir de inicio con los ‘tocados’ Carlos Soler o Uros Racic parece un riesgo prohibido.

Más que una competición

La Copa es una competición que, más allá de los éxitos, ha retroalimentado al equipo en LaLiga. El Valencia necesita inyecciones de confianza para elevar la moral y la autoestima del grupo y el vestuario es consciente de que no hay mejor golpe en la mesa que eliminar al Sevilla y meter la cabeza en los cuartos. Todo se vería diferente. Más claro. Menos angustioso. El equipo sabe de la dificultad de tumbar al Sevilla, pero es consciente de que puede ganar a cualquiera en 90 minutos. Las victorias contra el Madrid y la Real, el empate al Barça y la primera parte frente al Atlético son el camino. ¿Y por qué no? Por muy cruel que sea la realidad del club, la Copa y Sevilla invitan a soñar.