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Va de bo

Decepción en el trinquet de Crevillent

Decepción en el trinquet de Crevillent

Crevillent es, probablemente, la localidad más meridional del territorio valenciano donde se mantiene el Joc de Pilota. Hubo actividad floreciente en tiempos pasados en toda la Vega Baja, con el legendario saque de Redován, Antonio Poveda. Pero eso fue hasta mediados de los años cincuenta, tiempos en que el cáñamo era fuente de riqueza de Callosa del Segura y su comarca, hasta la llegada del nylon que obligó a muchos naturales a la emigración. Antonio nos contaba en una entrevista hecha en 1982 que conservaba el guante y la pelota de vaqueta que compraban de segunda mano en Pelayo y con la que jugaba renombrados desafíos con o contra jugadores de La Granja de Rocamora, Cox, Almoradí, Benejúzar, Formentera, San Fulgencio, Benferri, La Murada, Bigastro, Jacarilla, Hondón de los Frailes, Hondón de las Nieves y también contra pelotaris de Crevillent. También afirmaba que en Orihuela se había jugado a pelota pero se perdió antes de la guerra civil.. En la Vega Baja sólo quedan recuerdos de muy ancianos. Así es que Crevillent y Monóver, con sus singulares galotxetes pueden considerarse la frontera que resiste.

Crevillent dispuso de un trinquet hasta mediados de los años 60. Era de propiedad privada, levantado con mil sacrificios, incluido el embargo de un aparato de radio de lámparas, pero donde se reunían en campeonatos locales los mejores jugadores de la localidad y otros de la comarca. Aquello también desapareció y sólo con los torneos federativos de Llargues se retomó la actividad que ha llegado hasta nuestros días. Era ilusión de los aficionados y de su activo club disponer de un trinquete donde jugar sin las molestias de la calle pública; donde desarrollar una política de promoción y formar nuevas generaciones de pelotaris. Las autoridades locales asumieron la ilusión a favor del deporte autóctono. Y hoy Crevillent dispone de un flamante trinquete…en el que no se puede jugar, por defectos de construcción. La escalera no guarda proporciones, con un primer escalón de más de un metro de altura, con una iluminación que en la tierra del sol obligará a sobrecargar los recibos de la luz; con un nulo revestimiento de las paredes que impide el juego noble de la pelota…Una serie de defectos que obligarán a reformas costosas y que suponen de entrada una decepción. Los responsables municipales de Compromís culpan al anterior equipo de gobierno del Partido Popular, tanto en la forma de contratar como en la ejecución de las obras, dos años paralizadas. «Es otro de los pufos- afirman- que nos dejó la anterior administración».

Esos problemas arquitectónicos los hemos visto en demasiados trinquetes de nueva planta, siempre por la falta de coordinación de técnicos con expertos en este deporte. Se puede saber mucho de resistencias y no conocer las particularidades de un deporte en el que paredes, gradas, orientaciones, luces…inciden en el desarrollo del juego. Hemos visto poner focos por debajo de telas protectoras; estuvimos a punto de ver pintar un trinquet de verde porque ese era el color de los frontones; nadie pudo revisar las instalaciones de los colegios e institutos donde se cometieron verdaderas atrocidades… impunes. Y todo con dinero público. ¿Qué pensaría aquel hombre que embargó la radio de lámparas para construir un trinquete?

Algo parecido ha pasado en el nuevo trinquete de Moixent, que obliga a nuevas inversiones. Nos hablan de problemas en el frontón de El Puig. Son demasiados errores por culpa de gestiones deficientes. Vimos en el trinquet de Oliva, de diseño espectacular, tener que encender los focos al mediodía…porque falta luz solar. No hablamos de Bilbao o Bruselas. Hablamos del Mediterráneo.

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