Es otra final como una Catedral

No lo parece, pero es una final con todas las letras. Casi tan importante como la del Elche. Como todas a las que está condenado el Valencia en LaLiga hasta final de temporada después de firmar una de las peores primeras vueltas de su historia. Es verdad que el ambiente que rodea al equipo es diferente al de hace una semana. La liberación que supuso la victoria al Elche, la llegada de refuerzos en el mercado de invierno y la semana de descanso que pedía a gritos los jugadores ha revitalizado al Valencia. Lo que antes era miedo a perder y verse cada vez más cerca de los puestos de descenso ahora es hambre por ganar y empezar a mirar hacia arriba. El equipo afronta el partido contra el Athletic de Bilbao con un estado de ánimo diferente. La atmósfera es más positivo. Se percibe en los jugadores. El problema es que este equipo no tiene margen de error. Lo perdió hace tiempo. La situación en la tabla siendo dramática y perder significaría dar un peligroso paso atrás. El Valencia está a solo 4 puntos de Osasuna, que es el equipo que marca los puestos de descenso y el calendario no da tregua. La próxima visita es el domingo al Real Madrid en Valdebebas. Por no hablar de los de abajo. Ninguno se resigna a perder la categoría. Ni siquiera un Huesca que ayer vendió muy cara su derrota ante los de Zidane. El Alavés sumó tres puntos y el Elche arañó uno al Villarreal. Aunque no lo parezca, el Atlhletic-Valencia es una final como una Catedral.

San Mamés es un peligro añadido. Marcelino García Toral ha sido mano de santo para el Athletic Club. Como lo fue hace bien poco en el Valencia. El conjunto vasco es el equipo de moda de LaLiga, campeón de la Supercopa de España, semifinalista de la Copa del Rey y con una euforia por las nubes. Su problema es el cansancio (viene de jugar una prórroga el jueves) y las lesiones de jugadores importantes como Iker Muniain, Asier Villalibre y el verdugo tantas veces del Valencia Raúl García. El Valencia tiene que imponer esa frescura física que el Athletic no tiene. Una de las motivaciones del equipo (23 puntos) es la posibilidad de ganar y superar al Athletic (24) en la tabla. El Valencia quiere mirar hacia arriba y no hay mejor punto de inflexión para hacerlo que ganar al equipo de moda de La Liga en un escenario mítico como La Catedral.

Continuidad al «once»

El Valencia ha preparado cómo contrarrestar las muchas virtudes que tiene el Athletic de Marcelino, pero sabe que la victoria pasa por imponer su fútbol y ser el equipo equilibrado que fue en el último partido. Gracia cree en el bloque que ganó (1-0) al Elche dejando la portería a cero por primera vez en la temporada en Mestalla. El técnico medita darle continuidad a los mismos once jugadores. Sería la primera vez en 22 jornadas. Nunca antes lo había hecho. El once puede ser el mismo. El banquillo cambiará y eso es un buena noticia para el Valencia. El técnico ha ampliado su fondo de armario, la unidad B es más fuerte y hoy es el primer día para demostrarlo. Patrick Cutrone, Ferro y Christian Oliva viajaron a Bilbao y están preparados para ayudar desde ya. Ahora más que nunca ha llegado la hora de ganar y crecer.

Los tres fichajes, en la lista

Se acabó el tira y afloja con el club en materia de mercado. Javi Gracia enterró la polémica de los fichajes que ha salpicado al equipo los cinco primeros meses de competición. La última que habló fue el 30 de enero al borde del cierre del mercado para decir que nadie del club le había comunicado «nada». Ayer, lejos de echar más leña al fuego, entonó un discurso de club valorando positivamente la incorporación de Patrick Cutrone, Ferro y Christian Oliva y la confección final de la plantilla. Solo llevan tres entrenamientos en las piernas, pero ha sido suficiente para entrar en la lista de convocados. Gracia se los ha llevado a Bilbao. Los ve preparados para ayudar con minutos y sumar «desde ya».

«Se firman dos jugadores en dos posiciones, salvo la posición que el club decide también dar salida a Sobrino y suplirlo con otro delantero, que desde el verano entendíamos que eran prioridades para reforzar. Son jugadores que están aquí, que tienen ilusión y quieren realmente estar aquí y por lo tanto yo le doy valor. En el momento que llegan, para mí los jugadores son mis jugadores y son los mejores del mundo y, si no lo fueran, tengo que hacer que sean con mi trabajo. Están disponibles, han venido en buenas condiciones y están para ayudar desde ya», explicaba. Gracia no los ve todavía en el once, pide tiempo y está convencido de que aportarán a corto-medio plazo. «Se tienen que asentar, están recién aterrizados y necesitan tiempo para darnos su mejor nivel, pero desde el primer día son jugadores que están sanos, que están con cierto bagaje de minutos de competición y que están para disposición inmediata», señalaba.

Por las características de los tres, cree que puede ser aprovechables. «Cutrone ofrece otro tipo de perfil de delantero a lo que tenemos, Ferro en defensa es un defensa también diferente en cuanto a envergadura y altura física, tiene experiencia en competiciones europeas y es un efectivo más en una posición que tenemos varios jugadores de baja. Oliva es un centrocampista que es donde más el equipo necesitaba un jugador de cierta experiencia de un perfil algo diferente y con algo más de experiencia»