De la depresión a un moderado optimismo. Ese es el cambio que ha experimentado el Valencia Basket tras sus tres últimas victorias. Especialmente la del sábado ante el Coosur Real Betis en la Liga Endesa, y sobre todo la del pasado jueves en la Euroliga ante el CSKA Moscú tras dos intensas prórrogas. Dos encuentros en los que apenas tuvo descanso entre uno y otro y en los que además hubo que sobreponerse a varias ausencias destacadas. De ahí de la lógica transformación en el estado de ánimo después de haber tenido que hacer frente a una mala dinámica en la competición continental que estaba haciendo ya mella en el grupo y el entorno.

Los últimos resultados, sin embargo, han cambiado la percepción de cara a una semana en la que el equipo tiene la posibilidad de pelear por su primer título de la temporada. La Copa del Rey que, a partir del jueves, se va a disputar en Madrid. Una cita que la plantilla, tras disfrutar ayer del día libre, comienza a preparar ya hoy y que a todos en el Valencia Basket les gustaría convertir en muy especial en recuerdo de un hombre, de un Maestro. En memoria de Miki Vukovic, una leyenda taronja que nos dejaba el pasado 15 de enero y cuyo nombre siempre estará asociado a esta competición.

Un torneo en el que reescribió por completo el guión allá por 1998, cuando un imberbe e insolente Pamesa Valencia hacía acto de presencia por primera vez en la competición. El pasado 2 de febrero se cumplieron 23 años de una hazaña que nadie quiere ni puede olvidar. Una gesta que el club recordaba estos días en sus redes sociales y que no sólo permitió estrenar las vitrinas y subir el primer título a lo más alto de La Fonteta, sino que cambió para siempre la historia de la entidad. Entrenador del Valencia Basket entre 1995 y 2000 fue, además, el artífice del ascenso a la ACB y de la primera final europea con la Copa Saporta de 1999. Merece, sin duda, todos los homenajes que se le han rendido y muchos más, pero el mejor está por llegar. Ese que a él le hubiera gustado y que siempre le acompañó durante toda su carrera profesional. El del éxito dentro de una cancha de baloncesto. Por eso, cuando han pasado poco más de tres semanas desde su fallecimiento, qué mejor manera que recordarle que volviendo a levantar un título que, desde que él lo consiguiera, nunca más ha podido levantar el Valencia Basket. El equipo de Jaume Ponsarnau lo va intentar con todas sus fuerzas.

Y no son pocas las dificultades que se le plantean. Empezando por las cuatro bajas que ahora mismo tiene en su plantilla. De ellas, los dos jugadores con lumbalgia, Guillem Vives y sobre todo Nikola Kalinic, son los que tienen más opciones de llegar al torneo del KO. Mucho más complicado lo tienen Joan Sastre y Fernando San Emeterio, que están casi descartados.