Lo comentaba en mi anterior columna, la copa es una historia y la liga otra. Nada más terminar el partido de Bilbao, el Levante no tenía que pensar en otra cosa que no fuera el Osasuna. No digo que se olvidara del conjunto navarro, pero casi. El primer tiempo de los azulgrana de pena. Demasiada relajación, viéndolas venir y como esperando la jugada propicia, más por deméritos del rival si tenía algún fallo, que por sus propios méritos. Así no puede ser. Los partidos hay que jugarlos desde el minuto uno siempre a tope, sino lo haces así lo pagas y cuando quieres remediarlo no puedes ni de penalti. Para mí eso fue lo que le pasó al Levante el otro día. Contemporizó al principio y cuando se dio cuenta el partido había terminado con un gol en contra.

No están los de Paco López, a pesar de ser semifinalistas de copa, para estos menesteres en la liga. Es cierto que tienen un ligero colchón en la clasificación pero los puntos del pasado domingo eran muy importantes ya que ahora espera el hueso del líder el próximo sábado y después dos encuentros con el Athletic Club uno de liga y otro de copa. Ahora toca recapacitar, pensar lo que se hizo mal y volver al buen camino.

Si vamos a buscar por el otro barrio las cosas no son mucho mejor, todo lo contrario. Ahí no hay relajación, ahí hay por lo que se ve, incapacidad. No se da para más. En un encuentro de Primera División y por muy Real Madrid que sea el rival no te puedes ir a casa con tan solo un tiro entre los tres palos y ninguno fuera. Es decir una sola vez has tirado a la portería contraria. Lo del Valencia en Madrid fue un partido de solteros contra casados. Los casados claro el Valencia. El Real Madrid no habrá tenido un partido más placido en su vida. Recibían, paraban, controlaban, miraban a que compañero pasar el balón, tenían tiempo para todo mientras el rival solo hacían que mirar como si quisieran aprender, no estaría mal que lo hicieran, buena falta sí que les hace.

Esto es lo que han conseguido hacer del Valencia CF Peter Lim y sus muchachos. Un equipo sin alma y eso es muy malo. Un club del que todo el mundo habla, pero para mal. Los aficionados ya no saben qué hacer. Están desesperados ante la situación actual, lo malo es que no hay atisbos de mejora y eso es más que preocupante.