A mí no me extraña que Javier Tebas, presidente de la Liga de Fútbol Profesional, haya ponderado las cualidades financieras y deportivas de Peter Lim. No me sorprende que haya alabado a un dictador dados sus antecedentes políticos. Tebas no proviene de un partido progresista. Tebas tienes sus orígenes en la extrema derecha. Con tales antecedentes parece natural que se coloque al lado de un individuo que entre sus últimas decisiones dictatoriales al frente del Valencia ha sido la de recortar los derechos de los pequeños accionistas a quienes les ha vedado participar en las asambleas generales de la entidad.

El señor Tebas, como presidente de los clubes profesionales debería ser prudente en sus afirmaciones, ser neutral ante sociedades muy contestadas por los aficionados. Tebas, que desconoce los pormenores de cuanto ha ocurrido, está ocurriendo y me atrevo a pronosticar lo que ocurrirá en el Valencia, ha dicho, sin sonrojarse, que ha habido presidentes que han sido un desastre. No conozco otro peor en mi vida, que ya es afortunadamente larga, que un personaje llamado Amadeo Salvo, autor de la venta de la mayoría de las acciones a una empresa que hasta hoy es detestable. Para él, tal vez no.

Según Tebas, «El Valencia ha hecho lo que tenía que hacer, abaratar la plantilla. Sacar jugadores y competir». Sólo un imbécil es capaz de justificar que Lim pusiera el elenco en almoneda y lo dejara en bragas. Sólo Lim ha sido capaz de vender a Rodrigo Moreno, Ferran Torres, Coquelin, Dani Parejo y Kondogbia y no haber conservado a Garay. ¿Habría alguien más estúpido que un dirigente que pretendiera que el Valencia tenía que competir cuando le habían sacado las entrañas del vestuario? Sólo Tebas y me gustaría conocer las razones por las que aplaude a Lim. Espero que sus palabras no sean tenidas como méritos para que su hijo deje un club modesto de Madrid y se venga a Mestalla.

Es cierto que la pandemia ha recudido los ingresos, pero también lo es que desde Singapur se rompiera la sociedad Marcelino-Alemany que había traído al club seriedad y un título de Copa del Rey. Según Tebas, la relación de Lim con el Valencia es una montaña rusa. Se equivoca es una sucesión de cuentos chinos. Baste recordar la vergüenza de no haber acabado el nuevo estadio como prometió. Es también vergonzante que después de prometer un equipo para competir con los mejores en Mestalla haya un conjunto, con esfuerzos meritorios, pero para intentar evitar el descenso a Segunda.

Posdata. Pónganse en lo peor: Lim venderá a los mejores para hacer caja. Si no hay descenso justificará con ello la medida.