El Levante sumó anoche un puntito más en LaLiga, pero por encima de eso logró salir con la moral intacta e incluso reforzada de su choque ante el Athletic Club. A apenas seis días de afrontar también ante el conjunto bilbaíno el que puede ser el partido más importante de la historia de la entidad granota, que será la vuelta de la semifinal de Copa del jueves, el equipo compitió pese a sus numerosas bajas y tan solo una decisión arbitral errónea le privó del triunfo.

En una primera parte en la que hay que admitir que al equipo durante muchas fases le faltaron control y sobre todo salida de balón, fue capaz de irse al descanso en ventaja en el marcador, algo muy meritorio. Lo logró porque De Frutos, posiblemente el jugador más vertical de LaLiga y uno de los más rápidos, aprovechó a la perfección un fallo en la entrega de la defensa rojiblanca para hacer línea recta hacia la portería de Unai Simón y forzar un penalti valiosísimo tras un ‘tackle’ a destiempo de Unai Nuñez. El lanzamiento desde los once metros no lo desaprovechó Roger Martí para adelantar a los granotas en el 32’ (1-0).

Hasta ese momento el peligro creado por los de Paco López había sido ninguno ante un Athletic Club que en los primeros minutos acarició el 0-1 en un centro de Berenguer que Aitor por los pelos no se metió en su portería al intentar tapar la llegada al primer palo de Raúl García. El guardameta de Mondragón reaparecía tras su suplencia en el Wanda Metropolitano y además de esa acción inicial dejó tres paradas, dos de ellas invalidadas por fuera de juego ante Muniain y Raúl García, y una tercera en la que bloqueó un remate con poco ángulo pero a bocajarro de Williams.

La intensidad de la línea de zagueros, con una elevadísima dosis de concentración en las marcas, posibilitó llegar al descanso con ventaja tras una primera mitad que se debe tildar de práctica por parte de un conjunto granota en el que a Vukcevic se le vio falto de ritmo y a Rochina, en una posición demasiado retrasada para él en el doble pivote, con altibajos puesto que combinó un tramo de buen manejo con otro de pérdidas y recuperaciones casi a partes iguales.

El dibujo con defensa impar de Paco López, una estructura muy similar a la utilizada en el Metropolitano pero con distintos actores y a la vez una solución a la plaga de lesiones que asola al equipo junto a la reubicación de Rochina, se mantuvo en la reanudación, pero solo hasta que un error arbitral tras un exceso de confianza de Coke y una imprudencia de Vukcevic posibilitaron el empate rojiblanco. El lateral perdió una pelota recién recuperada en área propia -un error impropio de un futbolista con su experiencia- y el balcánico llegó a destiempo al cruce con Berenguer. Las imágenes evidencian que a última hora Vukcevic retrae la pierna tras soltarla inicialmente y Berenguer se tira, pero tan cierto es eso como que el montenegrino ha dado pie con su error a que el colegiado señalase un penalti inexistente y que Raúl García transformó con maestría.

De forma inmediata Paco López quitó a los dos implicados en el gol para dar entrada a Miramón y Malsa -Vukcevic fue amonestado por las protestas en la acción y estaba visiblemente alterado- y ha pasado a un 4-4-2 más reconocible que ha permitido al equipo ganar algo más manejo. De hecho, salvo un remate de Unai Nuñez en el segundo palo tras una colada por banda derecha , los leones apenas generaron peligro claro y el poco que han creado lo ha resuelto bien Aitor.

En los últimos minutos el equipo incluso se asomó a la porería bilbaína con un par de disparos lejanos de Rochina, un remate en el primer palo de Roger y otra eléctrica arrancada de De Frutos. El Levante estuvo más cerca de triunfo.