Anil Murthy visitó la ciudad deportiva de Paterna a su regreso de Singapur. El presidente del Valencia CF acudió a las instalaciones acompañado por sus ayudantes Teo Swee Wei y Sean Bai para tener una primera toma de contacto con el cuerpo técnico y la plantilla después de su ausencia durante las tres últimas semanas y la derrota contra el Getafe que ha vuelto ha encender todas las alarmas si es que en algún momento de la temporada estuvieron apagadas como consecuencia de la gestión deportiva de Meriton. Paterna respira preocupación porque nadie en el club esperaba una imagen como la que ofreció el equipo en el Coliseum Alfonso Pérez. Un paso atrás que ha dolido y mucho en el vestuario y que invita a la reflexión.

Anil mantuvo una pequeña reunión antes del entrenamiento con los cuatro capitanes de la plantilla José Luis Gayà, Jaume Domènech, Carlos Soler y Gabriel Paulista. El objetivo era saludar en persona después de su viaje a Singapur y tantear el estado anímico de los jugadores después del revés del sábado. Las lágrimas de Paulista son el mejor reflejo de cómo están los jugadores. Especialmente grave es que se derrumbe uno de los pesos pesados de la plantilla. El núcleo del vestuario está preocupado e inquieto porque pasan las semanas y no encuentran soluciones a la crisis de juego y resultados del equipo. Hasta ahora se tenía el convencimiento de que el equipo iba a ir de menos a más fiel a las ideas y la metodología de trabajo del entrenador. La realidad es bien distinta. El equipo está a cinco puntos del descenso, no ha encadenado dos victorias consecutivas a lo largo de la temporada y, lo que de más miedo, la sensación que el equipo está muy lejos de conseguirlas este año.

La preocupación también se ha disparado porque ha quedado demostrado que las reuniones, las charlas, videoconferencias, los toques de atención de los capitanes o los consejos sabios desde la experiencia de los embajadores no están teniendo el efecto deseado en el equipo. La plantilla es autocrítica y asume que muchos jugadores están rindiendo por debajo de su nivel. Pero la realidad de este equipo es que el entrenador Javi Gracia tampoco está aportando soluciones. Nadie da con la tecla. El problema es bien gordo y, de momento, no se encuentra un arreglo.